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Excomulgadas: la lucha de las mujeres que se rebelan ante la Iglesia católica para ser sacerdotes

De acuerdo a la Asociación de Mujeres Sacerdotes Católicas Romanas, cerca de 273 católicas en el mundo se han ordenado con la finalidad de servir al pueblo de Dios, a pesar de los riesgos que esto conlleva.

Las mujeres que se ordenan como sacerdotes corren el riesgo de ser excomulgadas. Foto: composición LR/Women's Ordination/AFP
Las mujeres que se ordenan como sacerdotes corren el riesgo de ser excomulgadas. Foto: composición LR/Women's Ordination/AFP

Durante los últimos años, las mujeres han ido conquistando sus derechos en participación política y la autonomía de su cuerpo, así como el papel que cumple en los distintos cargos y puestos de nuestra sociedad. De esta manera, se siguen rompiendo barreras, incluso en instituciones que parecen negarse a hacerlo. Este es el caso de un grupo de al menos 273 féminas, quienes, a pesar de la negativa de la Iglesia católica, buscan convertirse en sacerdotes.

Anne Tropeano, del estado de Albuquerque, Estados Unidos, es una de ellas, quien durante el 2021 llevó a cabo una ceremonia para ordenarse como sacerdote, exponiéndose a ser excomulgada por el catolicismo y rebelándose ante una institución con una historia llena de jerarquía masculina.

Anne Tropeano se ordenó el año pasado como sacerdote. Foto: National Catholic Reporter/Anne Tropeano

Anne Tropeano se ordenó el año pasado como sacerdote. Foto: National Catholic Reporter/Anne Tropeano

La Iglesia católica romana no autoriza el sacerdocio para las mujeres; tanto, que violar la restricción es considerado uno de los crímenes más serios en el derecho canónico y se castiga con la excomunión inmediata.

Eso significa que no me permiten recibir sacramentos, como la comunión o la confesión, pero también me limita si quiero tener un funeral en una iglesia cuando me muera”, detalló Ann para la BBC.

Por ello, tomar esta decisión la considera como la más difícil de su vida. ”La amenaza de la excomunión fue la razón por la que demoré tanto. Porque toda mi vida era la parroquia, yo iba a misa todos los días, trabajaba allí… Así que fue duro hacerme a la idea de que voy a perder todo eso”, añadió.

"Papa Francisco ¿ Por que me detienen de seguir al espíritu santo?" se lee ene el cartel. Foto: National Catholic Reporter/Anne Tropeano

"Papa Francisco ¿ Por que me detienen de seguir al espíritu santo?" se lee ene el cartel. Foto: National Catholic Reporter/Anne Tropeano

Incluso, en algún momento pensó en elegir algún otro rol habitual para las mujeres en la Iglesia, como el ser monja o laica consagrada. También evaluó abandonar el catolicismo y pasarse a otra religión cristiana que autorice el sacerdocio femenino. Sin embargo, entendió que las reglas del Vaticano no podían interponerse en el camino de su vocación.

El catolicismo es en la actualidad una de las pocas religiones que han decidido no abrirle las puertas a las mujeres. Esta medida, se basaría en la interpretación del relato bíblico, en el cual se señala que Jesús eligió a 12 apóstoles hombres, y estos a su vez eligieron como acólitos a otros hombres, por lo que la Iglesia ha dado continuidad a esta premisa de sucesión.

La Iglesia enseña mediante sus acciones que está bien excluir a las mujeres. Las mujeres aprenden esto, los niños y niñas aprenden esto, los hombres lo aprenden y luego todos van al mundo y viven de acuerdo a esta regla”, declaró Tropeano.

Las siete del Danubio

El movimiento de mujeres sacerdotisas tuvo su despegue en 2002, cuando un grupo de ellas decidió embarcarse en un crucero sobre el río Danubio, en la frontera entre Austria y Alemania, con la finalidad de ordenarse en agua internacional para evitarse conflictos con alguna diócesis y una posible excomulgación.

Las "sacerdotisas" Gisela Forster y Christine Mayr-Lumetzberger protestando ante el comunicado del Vaticano por su ordenamiento en el 2002 en el rio Danubio. Foto: Picture-alliance / dpa | Esteban Jansen

Las "sacerdotisas" Gisela Forster y Christine Mayr-Lumetzberger protestando ante el comunicado del Vaticano por su ordenamiento en el 2002 en el rio Danubio. Foto: Picture-alliance / dpa | Esteban Jansen

En este sentido, quien fue invitada a unirse a este evento fue la colombiana Olga Lucía Álvarez Benjumea, considerada como la primera “presbítera” en América Latina, una de las regiones con mayor población católica en el mundo.

En el caso de Olga, tuvo que ordenarse en Sarasota, Estados Unidos, en 2010, para evitar cualquier conflicto con los representantes de la iglesia en Colombia. Tras ellos, se estableció en Medellín, donde trabaja enfocada en los barrios más pobres y yendo casa a casa para brindar sus servicios sacerdotales.

Olga Lucía Álvarez Benjumea. Foto: Women’s Ordination

Olga Lucía Álvarez Benjumea. Foto: Women’s Ordination

Su familia, señala, ha sido un gran pilar en este camino. “De mamá siempre tuve el apoyo. Le faltaba poco tiempo para morir y yo le conté en qué estaba metida. Y en su lecho de enferma, de 93 años, me dijo: ‘Lo que tú estás haciendo, a mí me hubiera gustado hacer’. Yo sentí ahí su gran apoyo de una mujer que quería una hija liberada”, admitió.

La fuerte negativa del Vaticano

Ante el cuestionamiento del sacerdocio femenino, dos han sido los papas que ya han negado la posibilidad de implementarlo. El primero de ellos fue el cardenal Joseph Ratzinger —después Papa Benedicto XVI—, quien habló sobre el ritual que se llevó en El Danubio en su época y del cual declaró que las participantes serían excomulgadas “por la más seria ofensa que han cometido” y por no mostrar signos de arrepentimiento.

Tanto el Papa Benedicto XVI como el Papa Francisco han mostrado su negativa a que las mujeres se orden como sacerdotes. Foto: AFP

Tanto el Papa Benedicto XVI como el Papa Francisco han mostrado su negativa a que las mujeres se orden como sacerdotes. Foto: AFP

Por su parte, el papa Francisco detalló en 2016 que ”la puerta está cerrada” para la ordenación de mujeres.

De acuerdo a la doctrina católica, o la interpretación de sus leyes, se considera el sacerdocio como una prerrogativa única de los hombres. El canon 1024, por ejemplo, indica que “solo el varón bautizado recibe válidamente la sagrada ordenación”. Asimismo, una reforma penal canónica de 2021 criminalizó de manera explícita la ordenación de mujeres con la excomunión automática.

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