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Claves de la era Merkel, manejo de crisis y su ansia de no parecer “perezosa”

Muchos la subestimaron, pero Merkel logró imponerse en 2005, 2009, 2013 y 2017. La ‘lideresa del mundo libre’ se despide bajo la amenaza de una derrota histórica de su partido conservador.

Angela Merkel cierra sus últimos días como canciller de Alemania entregada a la campaña electoral en apoyo a su candidato, Armin Laschet (d). Foto: EFE
Angela Merkel cierra sus últimos días como canciller de Alemania entregada a la campaña electoral en apoyo a su candidato, Armin Laschet (d). Foto: EFE

Los años de Angela Merkel en Alemania se han caracterizado por la necesidad de hacer frente a diversas crisis y por aplicar una “política de pequeños pasos” de la que ella habla ya en su primera declaración en 2005, cuando llega al poder. Y ahora, 16 años después, apuesta por una transición “estable” ante el auge de la ultraderecha.

En su primera legislatura no puede formar Gobierno con el Partido Liberal (FDP), que había sido su propósito, y crea la primera “gran coalición” de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), y su ala bávara, la Unión Socialcristiana (CSU), con el Partido Socialdemócrata (SPD), en unas negociaciones desarrolladas en medio de una cultura del compromiso que marcarían su gestión al frente del Ejecutivo.

Merkel, quien igualó el récord de longevidad en la cancillería de su mentor Helmut Kohl, está en sus últimos días como cabeza de Gobierno en Alemania.

Aumento de la edad de jubilación

La primera gran coalición aprueba el aumento paulatino de la edad de jubilación hasta los 67 años, una reforma que Merkel presenta como el comienzo de muchas otras que considera “imprescindibles” en el sector sanitario, en el mercado laboral y en la tributación de las empresas.

Sin embargo, ese plan queda truncado ante la necesidad de hacer frente a crisis puntuales.

Manejo de la crisis financiera

La crisis financiera de 2008 es el primer gran reto de la era Merkel: anuncia que el estado garantiza que los depósitos de los ahorradores estén a salvo, para evitar que se cree un pánico que lleve a los ciudadanos a vaciar sus cuentas.

Paralelamente, de cara a las repercusiones de la crisis en la economía real, crea estímulos para los consumidores y herramientas para evitar el aumento del desempleo, que durante la era Merkel tenderá permanentemente a la baja en Alemania.

Abandono de la energía atómica

En 2009 el segundo gabinete de Merkel decide dar marcha atrás al plan de abandono de la energía nuclear, que había fijado la coalición rojiverde presidida por Gerhard Schröder.

Sin embargo, tras la catástrofe de Fukushima, Merkel da un viraje radical y vuelve al plan inicial, en contra de la postura de los liberales y de parte de su partido. “Fukushima ha cambiado mi visión de la energía nuclear”, subrayó.

Crisis de personas refugiadas

Merkel decide, sin consultar a sus socios europeos, acoger a personas refugiadas que llegan a Europa en 2015, en una decisión que genera escisiones dentro de los conservadores y que capitaliza la ultraderecha, con un discurso islamófobo y racista.

La canciller no logra crear un mecanismo para el reparto de refugiados en Europa y, pese a que la apuesta humanitaria es bien recibida en Alemania al comienzo, la reacción conduce al fortalecimiento de la ultraderecha.

“Lideresa del mundo libre”

Luego del terremoto, Donald Trump y el brexit, Merkel, quien siempre ha asumido su decisión sobre los refugiados, ha sido entronizada por la prensa y muchos políticos como la “lideresa del mundo libre” ante el ascenso de los populismos.

Barack Obama, uno de los cuatro presidentes estadounidenses que Merkel conoció desde 2005, la describe en sus memorias como una dirigente “fiable, honesta, intelectualmente precisa” y como una “bella persona”.

En el año 2000, se benefició de un escándalo financiero en su partido para hacerse con las riendas de la CDU, adelantando a toda la jerarquía masculina.

La ‘canciller teflón’, que parece inmune a los problemas, es un animal político tan particular como temible, y muchos de sus adversarios la subestimaron.

El 18 de septiembre de 2005, se impuso por la mínima en las elecciones al canciller socialdemócrata Gerhard Schröder. A esta primera victoria siguieron otras tres, en 2009, 2013 y 2017.

El 20 de mayo pasado afirmó que se retiraba de la política con una sola ambición: que no se diga de ella que ha sido “perezosa”.

La pandemia, el último reto

El surgimiento de la pandemia se convierte en el último reto de la era Merkel; al comienzo logra, sin muchas restricciones y sin un confinamiento estricto, ciertos éxitos en la política de contención, pero la segunda y la tercera ola golpean con mucha mayor fuerza al país. Y rompe el tabú del endeudamiento conjunto de los socios de la Unión Europea al apoyar el multimillonario paquete de apoyo a la recuperación pospandemia.

Con información de EFE y AFP