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Río de Janeiro reabre playas y bares tras leve estabilización de la COVID-19

Pese al leve descenso en Brasil, los indicadores continúan en niveles muy elevados con 58.800 casos y 2.495 decesos diarios por coronavirus en la última semana.

El todavía fuerte avance del virus no impidió que este fin de semana se repitieran imágenes de aglomeraciones en diferentes puntos de Brasil. Foto: EFE
El todavía fuerte avance del virus no impidió que este fin de semana se repitieran imágenes de aglomeraciones en diferentes puntos de Brasil. Foto: EFE

Río de Janeiro reabrió, este lunes 26 de abril, sus playas y parques en momentos en los que la pandemia del coronavirus da tímidas señalas de desaceleración en Brasil tras registrar en abril el mes más mortífero desde el inicio de la crisis sanitaria.

La alcaldía de la ‘Ciudad Maravillosa’ autorizó, a partir de este lunes y tan solo entre semana, la presencia de bañistas en la arena y agua de las playas que permanecían cerradas desde finales de marzo.

No obstante, centenas de personas abarrotaron el último sábado y domingo las icónicas postales de la ciudad, como Ipanema y Copacabana, pese a las restricciones impuestas por las autoridades para contener la COVID-19.

Además de las playas, Río de Janeiro ha dado luz verde a la apertura de parques y cascadas, que se sumó a la liberación de bares, restaurantes y comercios no esenciales decretada a comienzos de mes.

La nueva fase de la desescalada en dicha ciudad se produjo tras una estabilización de la pandemia en el estado fluminense y una leve reducción de la curva epidemiológica en todo el país, uno de los más afectados del mundo.

Tras varios trágicos récords consecutivos a lo largo de abril, el mes más letal de la emergencia sanitaria, el número de casos de SARS-CoV-2 cayó por tercera semana consecutiva, mientras que el de muertes lo hizo por segunda semana.

La aparente tregua ocurrió tras las medidas de restricción impuestas entre marzo y abril en diferentes estados de la nación, entre ellos Río de Janeiro y Sao Paulo, para contener el imparable avance de la enfermedad, la cual ha puesto al sistema sanitario en jaque, con falta de oxígeno y medicamentos en diversos hospitales.

Pero, pese al leve descenso, los indicadores continúan en niveles altísimos, con una media de 58.800 casos y 2.495 muertes diarias por coronavirus en los últimos siete días, así como una tasa de incidencia de 6.824 por cada 100.000 habitantes.

El todavía fuerte avance del virus no impidió que este fin de semana se repitieran imágenes de aglomeraciones en diferentes puntos del territorio brasileño, entre ellos Sao Paulo, el estado con más contagios y decesos por COVID-19 en Brasil, que también ha iniciado una relajación de las medidas tras estabilizar la curva y reducir su presión hospitalaria.

Por otra parte, el presidente Jair Bolsonaro será objeto, a partir de este martes, de una investigación parlamentaria promovida por la oposición sobre la gestión del Gobierno federal y los estados en la pandemia, la cual ya deja más de 390.000 muertos y 14,3 millones de contagiados en todo el país.

Brasil es el segundo país del mundo con más fallecidos por el virus, por detrás de Estados Unidos, y el tercero en número de casos, detrás de EE. UU. y la India, que actualmente vive su peor fase de la crisis sanitaria con cifras récord de contagios y fallecidos.

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