“Mi vida no es la misma": hablan pacientes de COVID-19 que lograron salir de la UCI
Ria no sabe cómo se contagió, pero tras haber permanecido en cuidados intensivos (UCI), ahora lucha por respirar de manera natural. David, que pasó seis días con un ventilador, asegura que las secuelas no le permiten tener una vida normal.
La mayoría de pacientes con COVID-19 llegan a desarrollar un cuadro de insuficiencia respiratoria y necesitan ser asistidos por ventiladores para evitar que sus pulmones colapsen. En algunos casos, llegar a este estado es sinónimo de muerte segura, ya que son pocos los que logran recuperase.
De acuerdo con AP, los expertos creen que aproximadamente la mitad de afectados con dificultad respiratoria grave fallecen mientras usan respiradores. No obstante, la realidad dice que más del 80 % de ellos deja de existir.
Ria y David son dos pacientes de coronavirus pertenecientes a este reducido grupo de sobrevivientes. En esta nota se detalla su experiencia y los efectos que les dejó la enfermedad después de salir de la unidad de cuidados intensivos (UCI).
Aislamiento y esperanza
Ria Lakhani, una joven residente en Londres (Reino Unido), pasa por un periodo de recuperación tras un grave caso de COVID-19. Aunque en estos momentos se encuentra aislada y no puede abrazar a su esposo o ver a sus familiares, siente alivio de haber sobrevivido a lo peor.
“Hubo un punto en este viaje en el que no sabía si volvería a ver la luz del día. Nada era seguro, y aunque siempre supe cuánto amo a mi familia, en esos momentos aprendí cuánto los necesito”, cuenta a la BBC.
La joven no sabe cómo se contagio. Solo recuerda que tuvo los primeros síntomas cuando fue ingresada a un hospital para una operación. Mientras se recuperaba de la intervención, comenzó a tener problemas para respirar y luego vino la fiebre.
Los médicos quisieron asegurarse de que no fuera nada más que el efecto de la cirugía y le realizaron una prueba de coronavirus.
“Estaba segura de que sería negativo. Seguí todas las medidas de precaución”, dice Ria. Sin embargo, el resultado fue positivo.
Con el pasar de los días, su salud se fue deteriorando hasta llegar a la unidad de cuidados intensivos. Su recuperación fue lenta, apenas podía moverse y debía ser administrada con morfina para el dolor.
“Decir una frase era como correr un maratón”, enfatiza Ria, que no tiene claro si llegó a desarrollar neumonía, pero asegura que incluso ahora escucha un “crujido” en sus pulmones.
“Casi no salgo de allí. Hubo un momento en que realmente comencé a escribir mensajes de despedida a mi familia. Casi muero y ahora estoy viva. ¿Cómo puede la vida volver a la normalidad después de eso?”, agrega.
Secuelas
David Lat es abogado fundador del sitio web Above the Law y director general de la firma de reclutamiento legal Lateral Link. Él ingresó a un hospital de Estados Unidos el 16 de marzo, tras haber dado positivo a una prueba de COVID-19.
Los síntomas que presentó fueron fiebre, escalofríos y fatiga, comunes en una gripe. Sin embargo, su cuadro se agravó un día luego de hacer ejercicios. A David le faltaba constantemente el aire y tuvo que ser internado con oxígeno suplementario.
Cuatro días después de esto, su situación empeoró y lo asistieron con un respirador. “La gente no vuelve de eso”, le advirtió su padre, que es médico.
“Pasé los siguientes días básicamente dormido, bajo sedación, con el ventilador funcionando como mis pulmones. No recuerdo nada de este período. Desde entonces supe que algunos pacientes tienen pesadillas o alucinaciones mientras usan ventiladores, por lo que me considero muy afortunado”, relató para The Washington Post.
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A David Lat el uso del respirador le trajo secuelas importantes en su vida. Él solía correr maratones, pero ahora no puede ni cruzar una habitación o subir un tramo de escaleras sin quedar sin aliento.
"Estar en el respirador durante casi una semana dañó mis cuerdas vocales y ahora mi voz es extremadamente ronca. Mi vida no es la misma (...) Pero no me estoy quejando. Estoy increíblemente agradecido de estar vivo. Y por eso, tengo que agradecerle al ventilador”, agrega.
Afortunadamente para él, su doctor le informó que el daño no es permanente y que “solo el tiempo dirá” cómo mejora su condición.