Sacerdote acusado de abuso sexual a niños apareció muerto: presumen suicidio
“Me pedía que me subiera arriba de él”, relató una de las víctimas, ahora de 44 años. Pero el cura siempre negó las acusaciones. Poco antes de su muerte, la justicia había ordenado su arresto.
Un sacerdote acusado por abuso sexual infantil fue hallado muerto de un disparo en la sede Cáritas de La Plata, en Argentina. Horas antes de su muerte, la justicia había ordenado su arresto, por lo que las autoridades investigan un posible suicidio.
Se trata de Eduardo Lorenzo, de 60 años, sobre quien pesaban cargos de violación de al menos cinco niños, todos varones. El cuerpo del sacerdote fue encontrado acostado en el suelo de su habitación con el arma a su lado, informa AFP.
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Las víctimas, hoy adultos, relataron que el cura entablaba con ellos una amistad y luego los violaba en la casa parroquial, en quintas que alquilaba para celebrar fiestas y en reuniones de grupos de scouts que él coordinaba en La Plata, a 60 km al sur de Buenos Aires.
Los hechos ocurrieron entre 1990 y 2008, según las denuncias. Todos eran varones de entre 13 y 15 años al momento de los abusos.
Las acusaciones
“Me pedía que le hiciera masajes en la espalda y me subiera arriba de él”, contó Gustavo, de nombre ficticio ante los tribunales el pasado lunes 16 de diciembre. Dijo que el cura lo emborrachaba e intentaba besarlo.
Los abusos en su contra ocurrieron entre 1991 y 1992 en la parroquia San José Obrero y en la iglesia San Benito. Gustavo conoció al sacerdote cuando pertenecía al grupo scout de una iglesia. Lorenzo coordinaba a estos niños a nivel regional.
“Y un día me invitó a cenar a la casa parroquial, que quedaba al lado de la iglesia San José Obrero. Fui y como no podía volver porque era tarde, me ofreció que me quede en una habitación que tenía”, recordó la víctima.
Otros de los niños abusados fue Diego Pérez, de 27 años, quien en 2008 puso la denuncia contra Lorenzo y contó su testimonio bajo el seudónimo de ‘León’ a Infobae.
“Me penetró sexualmente por vía anal innumerable cantidad de veces”; “Él me decía vos ya sos mío. Solía traer dulces del Sur. Se los untaba en el pene para penetrarme y luego me pedía que yo hiciera lo mismo”; “En el interín de esas orgías y ataques sexuales a los que me sometía, a veces recordaba que tenía que dar misa y decía: estos pelotudos todavía creen en Jesús. Al finalizar las misas me alcoholizaba y me volvía a someter sexualmente”, expresó el muchacho.
Sin embargo, el caso se cerró y este año se dispuso a revelar su nombre para profundizar, ya con la madurez que tiene, en la acusación.
Su valentía sirvió para que otras víctimas se atrevieran a denunciar a Lorenzo ante la justicia argentina. Así, el 14 de julio, Julián Bartoli, de 36 años, también se animó a contar su tenebrosa historia.
El sacerdote siempre alegó inocencia y afirmaba que se trataba de una “campaña de difamación” en su contra. “Yo no soy un pedófilo, jamás le haría daño a un chico, es asqueroso”, dijo alguna vez.
Rasgos psicopáticos y narcisita
No obstante, los testimonios por fin lograron que el pasado lunes el excapellán recibiera la orden de arresto. Horas después, su cuerpo fue encontrado sin vida.
Según las pericias psicológicas forenses que constan en la causa, Lorenzo presentaba “rasgos psicopáticos, perversos, narcisistas y obsesivos”
“Su organización psíquica resulta compleja, erigida sobre una fachada fenomenológica de presentación obsesiva y una imagen de sí grandilocuente, que encubre una estructura psicopática perversa de la personalidad”, manifiesta el informe psiquiátrico.