Un viaje al mar y un banquete de lujo: las últimas horas de un cachorro con cáncer terminal
Wilson padecía cáncer terminal de vejiga y estómago. Antes de sacrificarlo, sus dueños pusieron en marcha un plan para colmarlo de felicidad. Chapoteó bajo la brisa y hasta comió helado.
Estados Unidos | Perder a una mascota es una de las cosas más devastadoras especialmente cuando, en casos extremos, se debe sacrificarla.
Es el caso de Wilson, un Pointer alemán de 14 años, que padecía cáncer terminal de vejiga y estómago. Su familia, radicada en Florida (Estados Unidos), tuvo que inducirle el sueño eterno por recomendación del veterinario.
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Pero antes de que eso suceda, los propietarios de Wilson estaban decididos a colmar de felicidad sus últimas horas, de modo que pusieron en marcha un plan de fin de semana. Así lo recoge el diario Mirror.
Wilson
Wilson, cuyo veterinario le suministró medicina para que no sintiera dolor mientras nadaba, chapoteó libre como el viento.
Al día siguiente, el señor Stephen lo llevó a trabajar; sus compañeros lo coparon de amor en la oficina.
Como le habían prohibido la comida envasada, el menú de Wilson consistió en una consistente hamburguesa y papas fritas, un plato entero de tocino, una porción completa de helado de vainilla y una gran porción de galletas caninas.
Wilson
No cabe duda que el cachorro pasó un momento feliz. Stephen, quien consiguió a Wilson antes de conocer a su esposa y formar una familia, llevó a su mascota al veterinario después de su última comida.
Allí falleció pacíficamente en los brazos de su mejor amigo el pasado lunes.
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“Wilson estaba exageradamente emocionado por todo. Simplemente se fue a todos lados con nosotros. Él nunca dejó nuestra vida. Fue el mejor fin de semana que podríamos haber pedido", comentó Stephen.
De acuerdo a los estudios, los perros son conscientes del contexto y perciben cuando sus dueños toman la decisión de terminar con su sufrimiento.
Wilson
En ese momento se sienten vulnerables y, en consecuencia, lo mejor es que siempre estén al lado de ellos para tranquilizarlos, además de darles el último adiós.
Para las personas las mascotas son solo una parte de su vida, pero para ellos los humanos son todo.