Descubren en África el raro fósil de un dinosaurio con armadura y púas de un metro que sobresalen desde el cuello
El fósil de uno de los dinosaurios más antiguos fue encontrado en Marruecos. Sus enormes espinas son producto de un largo proceso de adaptación para la defensa y el cortejo.
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El fósil de un anquilosaurio, una especie de la era Jurásica que vivió hace unos 170 millones de años, fue descubierto en las montañas de Marruecos. El dinosaurio denominado 'Spicomellus afer' posee una increíble armadura, compuesta por largas espinas que sobresalen de su cuello, lo que lo convierte en uno los más extraños jamás visto.
Las espinas de este dinosaurio no eran una simple adaptación para defensa, sino que podrían haber jugado un papel crucial en su cortejo. Como si se tratara de un pavo real, las espinas del anquilosaurio podrían haber sido utilizadas para atraer a las parejas y demostrar su vigor y salud. Este descubrimiento no solo amplía nuestro conocimiento sobre los dinosaurios blindados, sino que también ofrece nuevas perspectivas sobre cómo los animales primitivos usaban su morfología para sobrevivir y reproducirse.

Un anquilosaurio primitivo con enormes púas que le sobresalían del cuello. Foto: Matthew Dempsey
El anquilosaurio y su armadura única
El fósil raro del anquilosaurio fue descubierto en 2023. Los investigadores encontraron no solo fragmentos de huesos, sino también varias espinas óseas de gran tamaño que rodeaban su cuello. A diferencia de otros ejemplares de esta especie, cuyas armaduras eran compuestas por placas óseas planas, este dinosaurio presentaba una impresionante estructura en forma de collar, formada por espinas robustas de hasta 87 centímetros de largo. Además de estas espinas cervicales, el fósil reveló otras formaciones óseas en el cuerpo, como las osteodermas, similares a las que poseen los reptiles modernos como cocodrilos y caimanes.

Huesos del espécimen parcialmente conservado de S. afer encontrado en 2023. Foto: Nature
El Spicomellus afer es uno de los anquilosaurios más antiguos conocidos, perteneciente al periodo Jurásico medio, entre 174.7 y 161.5 millones de años atrás. A pesar de que el esqueleto encontrado no está completo, los investigadores pudieron estimar que el dinosaurio alcanzaba los 4 metros de largo, lo que lo coloca dentro de los tamaños medianos para su grupo.
El misterio de las espinas de anquilosaurio
Mientras que la mayoría de los anquilosaurios usaban su armadura para defenderse de depredadores, los investigadores sugieren que en el caso de Spicomellus afer, las espinas podrían haber sido producto de selección sexual. “Cuando vemos características en animales vivos que son exageradas y difíciles de transportar, a menudo están relacionadas con el cortejo”, explicó Susannah Maidment, la autora principal del estudio. Este fenómeno es similar al de los pavos reales, cuyos grandes y coloridos plumas no sirven para defenderse, sino para atraer a las parejas.
Aunque la teoría principal, según el artículo publicado en Nature, es que las espinas fueron una característica de atracción sexual, los científicos también sugieren que estas estructuras podrían haber tenido un doble propósito, sirviendo como defensa ante depredadores. Los fósiles indican que el Spicomellus afer podría haber usado su cola como un mace o maza, una herramienta defensiva que más tarde se vería en sus descendientes del Cretácico.
¿Cómo fue la evolución de su armadura?
Los anquilosaurios posteriores, como los que vivieron en el Cretácico, eran conocidos por tener una armadura mucho más simplificada, que probablemente se desarrolló en respuesta a un aumento de depredadores, como los dinosaurios terópodos y otros animales. Sin embargo, el Spicomellus afer demuestra que las armaduras de estos dinosaurios no solo respondían a la necesidad de defensa, sino que también pudieron haber jugado un papel importante en la selección sexual, lo que indica que en sus primeras etapas evolutivas, la armadura de los anquilosaurios era tan importante para el cortejo como para la supervivencia.
Este descubrimiento también sugiere que las características físicas como las espinas y los huesos fusionados en la cola de Spicomellus afer pudieron haber dado origen a las armaduras defensivas de los anquilosaurios del Cretácico, como las conocidas mazas en las colas. De esta manera, el hallazgo proporciona información clave sobre cómo los dinosaurios blindados evolucionaron en respuesta a sus entornos y necesidades de reproducción.




















