La madrugada de este viernes 8 de noviembre, la clínica universitaria en Comas fue nuevamente víctima de un atentado perpetrado por presuntos extorsionadores, quienes arrojaron un artefacto explosivo contra el edificio, ocasionando graves daños materiales en su estructura.
Este es el segundo ataque que sufre el centro médico en lo que va del año. El primer incidente ocurrió en septiembre, cuando se registraron disparos contra la fachada, dejando a dos personas heridas, un vigilante del establecimiento y un transeúnte que se encontraba en el lugar.
El doctor Diego Delgado, representante del equipo médico de la clínica, confirmó que los dueños del establecimiento han sido blanco de constantes amenazas por parte de extorsionadores, quienes buscan intimidarlos para obtener dinero a cambio de su “protección”.
Según Delgado, esta situación ha generado un clima de miedo e incertidumbre no solo entre los propietarios, sino también entre los empleados y administrativos del centro de salud. “La extorsión se está dando para los trabajadores, para los administrativos y para los dueños de la clínica. No dan el monto, pero dan granadas”, comentó a RPP.
A raíz de estos ataques, aseveró que varios miembros del personal han optado por renunciar a sus puestos de trabajo por temor a verse involucrados en algún atentado.
Además de los atentados contra la clínica, los delincuentes han extendido sus amenazas a la vivienda de los propietarios. De acuerdo con Delgado, los extorsionadores han dejado explosivos en la casa de los dueños, intensificando la presión y el miedo entre todos los involucrados.
La Policía nacional ha intensificado la vigilancia en la zona y está tomando declaraciones tanto de los propietarios como de testigos y personal de la clínica en un esfuerzo por dar con los responsables. Sin embargo, el personal y los dueños siguen solicitando mayor apoyo y medidas de seguridad más estrictas que puedan poner fin a esta serie de ataques.