En un reciente incidente ocurrido en San Juan de Lurigancho, un efectivo policial fue víctima de un asalto a mano armada mientras se desplazaba con su familia. El robo tuvo lugar en la avenida Malecón Checa, cuando el agente fue interceptado por cuatro sujetos encapuchados que, tras amenazarlo, le sustrajeron su camioneta. A pesar de sus esfuerzos por comunicarse con la policía llamando al 105, no recibió la ayuda necesaria, dejándolo desprotegido en un momento crítico.
El policía, quien prefirió mantener su identidad en reserva, narró cómo fue abordado violentamente junto a su esposa, su hermana, tres hijos y un sobrino. Sin su arma de reglamento, no tuvo otra opción más que obedecer las órdenes de los delincuentes. Tras el robo, el agente llamó al 105, detallando el incidente y solicitando un patrullero, pero nunca llegó la asistencia prometida, obligándolo a trasladarse por sus propios medios a la comisaría.
El agente expresó su frustración y preocupación por la falta de respuesta de las autoridades en un momento tan delicado. A pesar de la gravedad del incidente y la presencia de menores de edad, la llamada al 105 no resultó en la ayuda esperada. Este caso evidencia las fallas en el sistema de respuesta de emergencia, incluso cuando la víctima es un miembro de la policía.
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En una entrevista a América Televisión, el policía narró más de lo sucedido "Me encontraba con mi esposa, hermana, tres hijos y un sobrino, llevando un bebé en brazos, cuando cuatro delincuentes encapuchados y armados nos interceptaron a la altura de la cuadra cuatro de la avenida Malecón Checa. Nos obligaron a bajar del vehículo violentamente, amenazándonos con armas de fuego. Sin mi arma particular, no tuve otra opción más que cooperar".
Tras el incidente, el agente llamó al 105 esperando asistencia. "Llamé al 105 y expliqué detalladamente lo ocurrido, solicitando un patrullero. Me tomaron los datos, pero al final me dijeron que me dirigiera a la comisaría a presentar la denuncia. Les pedí que enviaran un patrullero porque estaba con mi familia y habíamos sido despojados de todo, pero nunca llegó uno. Tuve que trasladarme en una camioneta del serenazgo para presentar la denuncia".
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El agente también señaló haber sido tratado como un ciudadano común durante la llamada al 105, pues, no mencionó que era policía ni detalló la presencia de niños pequeños. "Debido a la situación en la que me encontraba, solo dije que había sido víctima de un robo agravado con arma de fuego".
El suboficial notó que uno de los delincuentes llevaba una mochila, probablemente con un bloqueador de GPS, indicando que se trataba de una banda organizada. "Estos sujetos están preparados, no son improvisados. Uno de ellos llevaba una mochila, posiblemente con un bloqueador de GPS para impedir la localización del vehículo".
Sobre el paradero de su vehículo, indicó que el caso fue abordado por la Diprove. "El día que presenté la denuncia en la comisaría de Zárate, me dijeron que la remitirían a la Unidad Especializada en Robo de Vehículos (Diprove). Cuando me acerqué a Diprove, me informaron que el personal a cargo estaba de servicio y que debía volver para obtener detalles del caso".
Aún sin información sobre su vehículo, el agente recibió una llamada de la comisaría de Manchay informándole que la identificación de su pareja había sido encontrada en Pachacámac. "Esto podría indicar que el vehículo se encuentra en esa área, posiblemente en alguna cochera donde los delincuentes lo guardaron para despistar a las autoridades".