La ciudad de Lima, capital del Perú, posee un pasado histórico relevante que puede sorprender a muchos ciudadanos. Conocida también como 'La Ciudad de Los Reyes', estuvo rodeada de murallas para evitar invasiones. Esto se llevó a cabo después del virreinato, cuando Lima captó la atención de numerosos piratas y corsarios por su belleza, riqueza y ubicación estratégica. Ellos no tardaron en llegar a la ciudad y atacar.
En el pasado, los piratas representaban una amenaza para la población y el desarrollo de Lima. Por ese motivo, las autoridades consideraron métodos de protección y optaron por construir murallas alrededor de la ciudad. Aunque esta medida fue considerada por algunos como excesivamente costosa e inviable, para muchos constituía una barrera crucial para salvaguardar el futuro. A continuación, la siguiente nota abordará más sobre este tema.
En 1618, las autoridades plantearon la construcción de murallas alrededor de Lima por el miedo a un asalto pirata. Cabe señalar que la construcción de los muros ganó impulso en 1684 debido a la preocupación por un reciente ataque pirata en territorio mexicano, tal como lo documentó el cronista Joseph de Mugaburu en su 'Diario de Lima'.
Durante la ejecución de la obra se omitieron aspectos clave del diseño que comprometieron su funcionalidad como defensa, incluyendo el uso de piedra adecuada, así como las dimensiones y distribución de los baluartes.
Asimismo, la extensión de la muralla se decidió sobre la marcha durante la construcción, lo que resultó en una cierta medida de improvisación. Esta falta de planificación fue notoria, ya que los muros finalmente ocuparon más espacio del inicialmente previsto, evidenciando un desorden significativo en el proyecto.
Una parte de la muralla de Lima. Foto: RPP
Cabe señalar que la construcción de esta barrera comenzó en 1684 y se completó dos años más tarde, en 1686. Estas murallas estaban hechas principalmente de adobe y medían entre cinco y seis metros de altura, con un grosor de cinco metros. Inicialmente, la ciudad estaba accesible a través de cinco principales entradas: Callao, Guadalupe, Maravillas, Barbones y Martinete.
Durante casi doscientos años, estas estructuras limitaron el crecimiento urbano de Lima. Sin embargo, con el tiempo, la ciudad necesitó expandirse, lo que llevó a la demolición de partes de las murallas para permitir el desarrollo de nuevas viviendas y urbanizaciones.
El crecimiento urbano de Lima. Foto: Andina
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Con el paso del tiempo y el crecimiento urbano, la ciudad se transformó con nuevas avenidas y edificaciones. Esto afectó a la muralla, que originalmente tenía un propósito defensivo, pero terminó siendo más un instrumento de control poblacional que una barrera real contra ataques de piratas o corsarios. Eventualmente, se tomó la decisión de derribarla entre 1868 y 1870, un proyecto liderado por Enrique Meiggs durante la administración del presidente José Balta.