Un complicado inicio de clases tienen 245 alumnos de primaria de la institución educativa Cruz de la Esperanza, en el sector del mismo nombre, en la ciudad de Chiclayo (Lambayeque). Todos los días, ellos tienen que atravesar los montículos de basura que rodean su plantel educativo para ingresar o salir; así, ponen en riesgo su salud e integridad.
La República llegó hasta esta parte de la capital lambayecana para recoger el malestar de los padres de familia, vecinos y autoridades del colegio, quienes demandan a la Municipalidad Provincial de Chiclayo (MPCh) cumplir con su responsabilidad de recoger los residuos sólidos y no seguir exponiendo al riesgo de contraer enfermedades a los menores.
"Estamos exigiendo a la municipalidad que vea esta problemática y envié los camiones recolectores de basura de manera frecuente, porque los vecinos indican que por aquí el servicio se brinda solo dos veces a la semana (…). Si esto continúa, existe un grave riesgo para la salud de los estudiantes", declaró la directora Olinda Díaz Rubio.
Sin embargo, no solo son los escolares los que se ven perjudicados por esta crítica situación, sino, también, los pacientes que llegan a atenderse a diario al centro de salud de Cruz de la Esperanza. Estos mismos montículos de desechos están a espaldas del establecimiento sanitario, en la calle Progreso, vía que usa la población para llegar al local médico.
"Los mismos trabajadores de limpieza pública (de la MPCh) nos comentaron que están esperando que se junte más basura para que vengan a recogerla, porque no pueden venir todos los días. Esto es inaceptable. Se tiene que dar una solución, inclusive colocando contenedores", finalizó Hipólito Morales, vecino de la zona.
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Un bochornoso momento vivió el ministro de Transportes y Comunicaciones, Raúl Pérez Reyes, en su visita a Chiclayo, Lambayeque. Cuando llegó al colegio n.° 10014, San Martín de Porres de Pimentel, para participar en el inicio del año escolar 2024, fue recibido entre protestas por la falta de agua en la institución: un nutrido grupo de padres le reclamaron por la carencia del líquido vital en la puerta de la institución. Mientras tanto, los alumnos ya se encontraban en sus aulas recibiendo sus clases.
"Lo que parece ha habido es una sustracción de cables de energía eléctrica en estos días previos a la inauguración, pero el alcalde se ha comprometido a resolverlo hoy mismo. O sea, hay agua y luz, lo que falta es la alimentación eléctrica de la bomba para que pueda llevar el agua a los distintos baños", declaró el alto funcionario a su salida del colegio tras un breve recorrido por las nuevas instalaciones. Continúa leyendo AQUÍ.
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