Hace una semana, don Lucio dejó de trabajar. Ahora anda sin dinero y labora en lo que puede en Huacho, su tierra natal. “Nada compra mi seguridad”, dice, dándose ánimos. No se arrepiente de su decisión, pues le pusieron el cañón de una pistola en la cabeza a pesar de haber pagado dinero bajo amenazas por casi un año.
Ayer, agentes de la División de Homicidios de la Dirincri ejecutaron una espectacular operación y capturaron a ocho integrantes de la banda Los Hijo del Crimen, cuando extorsionaban a 30 miembros de una empresa de transportes que cubre la ruta Lima-Huacho-Barranca, a la cual perteneció don Lucio.
Se trata de una red criminal compuesta por seis peruanos y dos venezolanos que inicialmente les exigían S/1.500 diarios (S/50,00 a cada uno) para no atentar contra sus vidas ni sus propiedades.
“Empezaron pidiendo 300 soles, pero ahora quintuplicaron las cuotas, nos tenían amenazados de muerte, venían con armas de fuego”, reveló uno de los agraviados a la policía.
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La intervención se realizó en el interior del estacionamiento de autos ubicado en la avenida Alfredo Mendiola 7006, en San Martín de Porres. Los agentes de Homicidios los arrestaron justo cuando tenían retenidos contra su voluntad a 30 choferes.
Los detenidos son Anderson Raúl Espinoza Sánchez (27), a quien se le encontró una pistola Taurus, municiones, un automóvil y un cuaderno con anotaciones. Este sujeto y su pareja, Milagros Gloria Blas Tirada (34) —también detenida—, que tenía en sus brazos a un bebe de ocho meses, serían los cabecillas, informó la policía. Ella portaba, además, 1.700 soles producto de los cobros y tarjetas bancarias.
Con ellos cayeron detenidos Edson Martín Navarro Ramos (33), José Miguel Mayuri López (39), Brayan Luis Nima Silva (25), Moisés Ángel Allende Valentín (30) y los ciudadanos venezolanos Ederson José Perdomo Quintero (28) y Richardson Neander Peon Torres (30), indicaron fuentes policiales de la Dirección de Investigación Criminal.
La historia de zozobra y miedo de don Lucio es la misma de los otros 30 transportistas extorsionados por esta banda criminal que empezó a delinquir hace un año. En Lima y otras ciudades del país, miles de personas se atormentan pensando que los extorsionadores no tienen piedad con nadie. Son capaces de pedir dinero tanto a quienes tienen negocios grandes como a ciudadanos que apenas ganan para la comida y los de más urgente necesidad.
Delincuentes utilizaban a mujeres y bebés en brazos para ocultar el dinero obtenido del cobro de cupos. Fotos: PNP