Al menos una avioneta cargada de cocaína pasa al día del Perú a Bolivia, según un reporte detallado de inteligencia de la Dirandro. También se conoce que 40 aeronaves ingresan cada mes desde ese país del altiplano en forma ilegal. La información señala, además, que cada uno de esos vuelos puede transportar entre 400 y 500 kilos de droga. Son, en la proyección, unas 20 toneladas de cocaína por mes.
Esta última semana, en el marco de la operación ‘Troya XXI-2023’, la Policía Nacional destruyó 18 pistas clandestinas de aterrizaje que eran utilizadas por redes internacionales del narcotráfico en los distritos de Palcazú y Ciudad Constitución (Pasco), Codo de Pozuzo, Yuyapichis y Puerto Inca (Huánuco) así como en Iparía (Ucayali). Desde hace un mes, miembros de inteligencia de la Dirandro, en conjunto con la Fiscalía, venían haciéndole seguimiento a estas narcopistas construidas en zonas planas de la selva y que eran utilizadas como paso para carga de pasta básica y clorhidrato de cocaína con destino a Bolivia, Paraguay y Brasil.
“Estas pistas fueron preparadas por el narcotráfico. Apenas fueron descubiertas llevamos equipos de explosivos que permitieron neutralizarlas”, dijo el general PNP José Ludeña, director antidrogas. Algunas tenían una longitud de 2.000 metros de largo y otras de 900. Los investigadores confirmaron a La República que la droga que sale del valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) llega a Huánuco, Pasco y Ucayali por diversas rutas. Una de ellas es el corredor fluvial desde el Vraem hasta Atalaya. La travesía se inicia en el distrito ayacuchano de Sivia y surcan hacia Mayapo y Llochegua a través del río Apurímac.
Panorámico. Estas son las pistas clandestinas que las mafias habilitan en la zona plana de la selva. Hay muchas más. Foto: difusión.
De la confluencia con el río Mantaro se forma el río Ene, y siguen su recorrido por la ruta de puerto Ene, Valle Esmeralda, Sol de Oro, Boca Anapati hasta Puerto Remolino o Prado (Satipo, Junín). Es un viaje de ocho horas con motor fuera de borda. De la unión del Perené y el Ene se forma el río Tambo. Por ahí continúan su recorrido hacia la provincia de Atalaya (Ucayali) durante seis horas. Los narcos llegan hasta las cercanías de las pistas clandestinas de donde embarcan la droga en avionetas hacia Santa Cruz y el Beni, principalmente, en Bolivia.
PUEDES VER: Piura: incautan cocaína valorizada en 4 millones de dólares y cuyo destino era Corea del Sur
Pero también hay rutas terrestres. Las redes del narcotráfico salen desde el Vraem hacia Pangoa (Junín) y de ahí rumbo a Atalaya. Utilizan camionetas modernas 4x4 y el recorrido se inicia en Pichari (Cusco), desplazándose por la ruta de Teresa, Mantaro, Natividad, Puerto Ene, Valle Esmeralda, Sol de Oro, Boca Anapati, Santa Cruz, Cubantia y Pangoa. De ahí cruzan hacia Iparía o Atalaya y embarcan la droga en aeronaves. Los cargamentos de droga que llegan a Bolivia tienen como destino países de Europa.
Algunos dirigentes de comunidades nativas de Ucayali cifraron en 10 y hasta 15 los vuelos diarios. Esto, sin embargo, no ha sido confirmado por las autoridades antinarcóticas. No obstante, un informe de la Dirandro señala que no solo hay un nexo entre narcotraficantes peruanos y bolivianos sino que existirían ‘enviados especiales’ del temido Primer Comando de la Capital (PCC) de Brasil que supervisa el transporte de la droga hasta ese país. El ministro del Interior, Vicente Romero, explicó que la destrucción de las narcopistas tiene un gran impacto en la lucha antidrogas, porque neutraliza el envío de cargamentos de droga al extranjero, sobre todo a Bolivia. “Esto nos permite cortarle las alas al narcotráfico y frenar su avance”, concluyó.
Destrucción. Se usan explosivos para dejar inservibles las narcopistas, pero con cuidado al ambiente. Foto: difusión.
Otro problema que tiene que ver con mafias es la minería ilegal. En Madre de Dios, se destruyó maquinaria y accesorios valorizados en más de 42.000 soles. Entre los equipos había cuatro retroexcavadoras, tres excavadoras, cuatro cargadores frontales y un volquete. También se incautó 25 motores grandes y pequeños, 19 bombas de agua, 19 bombas de succión, 13 motobombas, 19 generadores eléctricos, 18 motosierras, entre otros.
Las intervenciones del operativo ‘Restauración 2023’ se ejecutaron en la comunidad nativa Barranco Chico, distrito de Huepetuhe (Manu) y en un sector de la reserva comunal Amakaeri. En cada narcovuelo se pueden transportar entre 400 y 500 kilos de droga hacia Santa Cruz y Beni, según un informe de la Dirandro.