Cusco. La comunidad de Piscacucho, en el distrito de Ollantaytambo, provincia de Urubamba, se vistió de fiesta para la reapertura de la Red de Camino Inca que conduce a Machupicchu. Luego de un mes de trabajos de conservación y por temporada de lluvias, finalmente se reabrió al mundo este importante atractivo turístico y arqueológico que congregó a más de un centenar de visitantes nacionales y extranjeros para vivir una experiencia única e inolvidable.
Son 38 kilómetros que se recorren en tres días de caminata, en medio de hermosos paisajes andinos que están flanqueados por imponentes monumentos arqueológicos como Parallaqta, Sayacmarca, Phuyupatamarca, Wiñawayna, Intipincu, entre otros, hasta llegar a la puerta que da a una maravillosa vista a la llaqta Inca de Machupicchu.
"Hace cuatro años que tengo planificado este viaje, es un sueño poder hacer este recorrido, apenas iniciamos y pasó las expectativas", dijo Alex, turista de origen mexicano-estadounidense.
Una pareja de visitantes ingleses también quedó maravillada con los primeros metros de recorrido. "Estoy emocionado por el recibimiento, me regalaron flores (…), encantado de poder recomendar a mis compatriotas esta maravillosa experiencia", dijo en su idioma natal el turista británico.
La red vial de Caminos Inca genera también un importante flujo económico que involucra diversos agentes como guías, transportistas, porteadores, comerciantes, artesanos, entre otros, en la que más de 15.000 pobladores se benefician.
"Es para nosotros una alegría enorme esta reapertura. Venimos de una larga pandemia y el problema político que nos ha paralizado, estamos con ganas de reactivarnos y mostrar al mundo esta maravilla", citó el guía de turismo Hugo Anaya.
Maritza Rosa Candia, titular de la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) - Cusco, se encargó de presentar el informe de los trabajos realizados en la ruta del Camino Inca. Destacó las labores de mantenimiento y conservación de la calzada, muros, escalinatas, recintos, wakas ceremoniales y usos de piedra.
Resaltó también el mantenimiento de canaletas, campamentos, servicios higiénicos, señalización, pontones y otros destinados al servicio turístico.
La red de caminos inca en una jornada habitual recibe al rededor de 500 personas, entre turistas y trabajadores, número que se confía alcanzar con el correr de los días.