Emerson Quispe Pariona (a) ‘Chavo’ era considerado como uno de los más grandes productores de droga que operan en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem). También era uno de los más buscados, pues se le acusó de ordenar el secuestro y asesinato de un agente encubierto de la DEA, el suboficial Edgar Wilber Quispe Rojas, atacado el 24 de agosto del 2016 en esa zona de la selva.
En la tarde del jueves, el centro poblado de Omaya, distrito de Pichari, provincia cusqueña de La Convención, fue escenario del asesinato de este prófugo de la justicia a manos de cuatro encapuchados.
En ese atentado murió también su chofer y quedó gravemente herida una mujer que lo acompañaba. El lugar es una de las zonas más golpeadas por la violencia terrorista y el narcotráfico, y la Policía está convencida de que su muerte se trató de un ajuste de cuentas.
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La camioneta Toyota U1H-186, modelo Fortuner, en la que fueron halladas dos de las víctimas, recibió el impacto de 25 proyectiles. En el lado del copiloto yacía el cuerpo de Emerson Quispe Pariona (38) y en el asiento posterior estaba Jackeline Zambrano Rodríguez (38).
La camioneta en la que viajaban las víctimas fue inspeccionada por orden de la Fiscalía para realizar peritajes. Foto: La República
A la espalda de un local donde venden piñas, cerca de una losa deportiva, fue hallado Edwin Oby Tineo Taype (44).
Los tres estaban aún con signos de vida cuando llegaron las autoridades y fueron trasladados a la posta médica de Pichari.
La médica de turno, Nadia Rojas Ayqui, dijo que, pese a todos los esfuerzos que realizaron los dos varones, murieron a los pocos minutos. Por su parte, la mujer presenta heridas de bala en el hombre izquierdo y en el tobillo derecho. Ella fue evacuada al hospital de Kimbiri.
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Al ser entrevistados por personal de la comisaría de Pichari, los moradores del lugar indicaron que vieron una camioneta de color blanco con cuatro encapuchados que dispararon contra el vehículo en el que estaban las víctimas y que fugaron con rumbo a Pichari. Poco después fue capturado uno de los presuntos sicarios.
El suboficial Edgar Quispe Rojas pertenecía al Grupo Especial de Inteligencia Antidrogas. Desapareció el 17 de agosto del 2016 tras partir rumbo a Pichari. Tenía la información sobre un traslado de 350 kilos de droga hacia una pista de aterrizaje clandestina, ubicada en Urubamba. La operación estaba a cargo del clan que encabezaba, entonces, Efraín Bañico Quispe.
Los detalles de la ruta los había dado un contacto del suboficial. Se llamaba Walter Damiano Machacca, a quien le decían ‘Paisa’. No retornó con vida.
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La camioneta en la que viajaban las víctimas fue inspeccionada por orden de la Fiscalía, para realizar peritajes. En la primera diligencia, la policía detectó 25 agujeros de proyectiles en el vehículo. “Por las características se trataría de un ajuste de cuentas. Probablemente los citaron al lugar”, reveló uno de los investigadores.