Intentó escapar de las amenazas y de las extorsiones que habían marcado su vida en el Perú. Yicel V. B., una joven trabajadora sexual de 19 años, natural de Colombia, viajó a su país, pero hace dos semanas retornó a Lima, donde encontró la muerte. Sicarios al servicio de una mafia de proxenetismo la asesinaron a tiros en El Agustino.
Ocurrió en el mismo lugar, Puente Nuevo, donde el 23 de febrero atacaron a tiros a sus dos amigas ecuatorianas. Ellas, por fortuna, lograron sobrevivir, suerte que no tuvieron Elvia y Gabriela, otras dos extranjeras asesinadas en el jirón Zepita, en el Centro de Lima.
De acuerdo a la Policía, el asesino de Yicel se habría hecho pasar por uno de sus clientes para poder asesinarla.
Testigos en la escena del crimen revelaron a la policía que la mujer recibió dos disparos delante de sus compañeras de trabajo, quienes al ver el asesinato gritaron y pidieron ayuda. Aunque la llevaron en un patrullero a un hospital, murió por la gravedad de sus heridas.
“Ella recibía amenazas al igual que todas las chicas que trabajan aquí. Le cobraban 100 a 200 soles, pero ella no quería pagar cupos”, aseguró Wilfredo Castro, amigo de la víctima.
“Aquí hay cámaras, queremos que capturen al culpable porque si siguen así van a matar a todas las chicas. La Policía estaba en la zona, pero no pudo hacer nada. Sus compañeras también fueron atacadas el mes pasado”, añadió.
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La víctima fue identificada como Gisselle Villamaría Calanca, de 19 años. Foto: Omar Coca / URPI - LR
Para el coronel Víctor Revoredo, jefe de la División de Homicidios, la trata de personas con fines de explotación sexual tiene como fuente económica el narcotráfico, la minería ilegal y a delincuentes internacionales que traen mujeres de Venezuela, Colombia y las someten a la prostitución callejera.
“Una vez instaladas, las extorsionan y si se niegan las asesinan. Quienes las protegen también son eliminados, descuartizados o calcinados”, agregó.
Según la Policía, las mafias extranjeras se han apoderado de zonas como el jirón Zepita, en el Centro de Lima, los alrededores de Risso, en Lince, y la zona de Fiori, en San Martín de Porres, e Independencia.
También en calles de Los Olivos, Puente Piedra y Carabayllo por el norte, o San Juan de Miraflores y Villa María del Triunfo por el sur. Asimismo, en Huacho, Barranca y Cañete.
“Ahora tenemos que lidiar con redes criminales extranjeras, la trata se ha vuelto muy riesgosa”, dijo Angela Villón, dirigenta de las trabajadoras sexuales.