La pandemia también golpeó a la educación superior. Tras la llegada de la COVID-19, la tasa de interrupción de estudios en universidades licenciadas se elevó a 18,3% para el semestre 2020-1. No obstante, luego bajó a 16,2% durante el ciclo 2020-2 y a 11,5% en el 2021-1, según el Sistema de Recolección de Información para la Educación Superior del Ministerio de Educación (Minedu). “Es la tasa más baja, incluso en comparación con la cifra prepandémica (12,6%)”, afirma.
Pese a ello, dicho porcentaje representa a más de 100.000 estudiantes que desertaron o se retiraron de sus clases antes de que finalice el ciclo. Entre las regiones con las tasas más altas en el semestre 2021-1 están Loreto (16,7%), Callao (14,2%), Áncash (13,9%), Ayacucho (12,8%) y Lima (12,4%). En tanto, aquellas con menor proporción son Amazonas (4,2 %), Huancavelica (6,3 %), Tacna (7,9 %), Apurímac (8,4 %) y Moquegua (8,6 %).
Las principales causas de la interrupción de estudios están vinculadas a problemas de conectividad, los servicios de bienestar para el estudiante, así como las condiciones económicas, informó el sector Educación. Agrega que, ante ello, en el 2020 se destinó recursos a las universidades públicas y privadas para promover la implementación de la educación remota, y S/ 520 millones para asegurar la continuidad de los estudios.
Universitarios sin servicio de conectividad serán beneficiados.
Para la Federación Universitaria de San Marcos (FUSM), la inaccesibilidad a equipos informáticos e internet, así como los recursos insuficientes, dificultó el desarrollo de las clases, más aún en aquellas vinculadas a Ciencias e Ingenierías, donde se requieren laboratorios. “El Estado entregó chips, pero de forma focalizada. Las universidades podían dar equipos a los que figuraban como pobres o pobres extremos en el Sisfoh (que identifica hogares en situación vulnerable), pero este se encontraba desactualizado. En San Marcos, además, entregaron internet con capacidad limitada”, explica Armando Cubas, representante de la FUSM.
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Por su parte, la Federación Nacional de Docentes Universitarios del Perú (Fendup) refiere que en universidades nacionales como la del Callao (UNAC), muchos estudiantes provienen de regiones de la sierra o selva con poca conexión a internet y falta de equipos. “Antes de la pandemia tenía 60 alumnos en clase, luego pasé a 22 y ahora 18″, comenta el docente de la UNAC y dirigente de la Fendup, Teodomiro Santos. Pide más recursos y mejora en los laboratorios para que los alumnos puedan realizar sus prácticas.
Según el Minedu, se asignaron S/ 61 millones para dotar de internet a alumnos y docentes. Estudiantes dicen que debieron alquilar locales.