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Sociedad

Roban a madres mientras preparaban ‘olla común’ para 60 familias pobres

Ladrones desvalijaron viviendas en el asentamiento humano Santísima Cruz de Mayo, en Collique, Comas. Víctimas no recibieron bonos y piden ayuda.

Las madres del asentamiento humano Santísima Cruz de Mayo, enclavado en la parte alta de la primera zona de Collique, en Comas, son uno de los grupos sociales más afectados por la pobreza en medio de esta pandemia. Ellas, lamentablemente, fueron víctimas de robos en sus viviendas mientras preparaban comida para 60 familias de escasos recursos económicos.

Ellas no recibieron ningún bono y las canastas que repartieron en la zona no les alcanzó ni para un mes. Cada día es un sufrimiento conseguir los insumos que necesitan y hoy claman ayuda urgente.

“Aquí, las mujeres con hijos no tenemos las mismas oportunidades en el ámbito laboral que los hombres y que las mujeres sin descendencia”, dice Agustina Fuentes Hilario, cuya vivienda fue desvalijada por delincuentes.

CRISIS POR LA PANDEMIA

La policía ya se encuentra tras los pasos de estos sujetos inescrupulosos que se llevaron no solo sus artículos domésticos, sino los productos que guardaba para preparar los alimentos para la población más necesitada de su barrio.

“Las más perjudicadas han sido las personas más pobres, con mayor cantidad de hijos”, manifiesta entre sollozos Johana Marroquín, otra de las mujeres afectadas.

La crisis económica derivada de la pandemia por el coronavirus ha hecho que estas madres de unan y comen cada día gracias a la olla común, símbolo del hambre y la pobreza que acechan de nuevo al país.

AYÚDENNOS, POR EL AMOR DE DIOS

Este tipo de asistencia se ha multiplicado durante las últimas semanas, a medida que más familias se han quedado sin ingresos. En el AH Santísima Cruz de Mayo, Agustina Fuentes, Johana Marroquín, Vanesa Arias preparan junto a otras compañeras más de 300 raciones diarias.

“Siempre fueron saliendo más familias durante la cuarentena. Hubo cada vez más gente que se iba quedando sin trabajo”, relata Johana con un ojo puesto en una de las ollas hirviendo.

Dice que dan prioridad a las personas mayores y a las discapacitadas para que no tengan que salir de casa, y a familias numerosas. “A mi la olla común me ha ayudado mucho, así al menos me asegura que voy a tener almuerzo”, indica Agustina.

Estas madres piden ayuda de víveres, ollas, cocinas. “Preparamos los alimentos con leña y eso nos afecta los pulmones”, sostiene Vanesa. Cualquier ayuda que hagan llegar comuníquense a los números: 955 836 888 y al 991 077 441. “Ayúdennos, por el amor de Dios”, clama la desesperada madre.

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