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Sociedad

Obstetras: los otros caídos en esta lucha

En primera línea. Hasta el momento son ocho los profesionales de obstetricia que han fallecido por COVID-19 y más de 650 los infectados. La falta de equipos de protección personal y pruebas de descarte cada 15 días los expone al contagio.

Rosa Quiroz Vega solía pasar muchas horas junto a sus pacientes. Todo el esfuerzo, sudor y el cansancio se compensaban con la sonrisa de una madre cuando cargaba en brazos a su recién nacido.

Así lo hizo durante doce años, incluso en esta emergencia nacional provocada por el COVID-19. A sus 66 años no doblegó, menos cuando le informaron que dio positivo para el mal. Su lucha acabó el 27 de abril, cuando se convirtió en la primera obstetra fallecida por coronavirus en el país.

“Era muy humana. Siempre ponía a sus pacientes primero. A veces ellos no tenían con qué pagar sus medicinas, y ella igual se las brindaba”, señala su hija, Vanessa Vidal Quiroz.

Dejados de lado

Luis Calderón Rojas, Tania Tarazona Ramírez, Etelvina Minaya Jara, Judith Yaringaño Balvín, Edison Paredes Grández, Arturo Alcalde Quiroz y Miguel Lluén Seclén. Todos obstetras fallecidos en la primera línea de lucha contra el COVID-19.

El último jueves se llevó a cabo una vigilia en nombre de las gestantes y obstetras, la cual inició con un minuto de silencio en memoria de los ocho fallecidos.

Margarita Pérez Silva, decana nacional del Colegio de Obstetras del Perú, afirma que, pese a haber trabajado desde el primer día de la emergencia nacional, no han sido visibilizados ni priorizados a la hora de recibir los equipos personales de protección (EPP).

“Los obstetras están en primera línea porque ni los partos ni las emergencias obstétricas se han dejado de atender”, asegura la decana.

Pérez Silva comenta que en reiteradas ocasiones las gestantes han llegado a punto de dar a luz, lo que imposibilita que puedan pasar por una prueba rápida antes de ser atendidas. Muchas veces, ya después de que el personal de salud ha estado expuesto en una sala contaminada, el test confirma que la paciente tenía coronavirus.

Sumado a ello, la dirigente advierte que muchos establecimientos no cuentan con una área diferenciada para embarazadas con coronavirus.

De regreso a casa

Luis Calderón dedicó 20 de sus 41 años de vida a la obstetricia. Es una víctima más del COVID-19. Él habría adquirido el virus cuando regresaba a Aguaytía, luego de dejar a una paciente referida en Pucallpa, a inicios de mayo último.

Quizá fue su alegría y bondad, comenta su hermano Ángel Calderón, lo que lo motivó a evitar contarle a su familia sobre su malestar: no quería preocupar a nadie. Sin embargo, la falta de aire y los síntomas comenzaron a manifestarse y empeorar rápidamente, por lo que no pudo mantener más el secreto.

El 22 de mayo fue llevado a Pucallpa, donde lo esperaba su hermano. Ese mismo día, alrededor de la medianoche, fue hospitalizado. En menos de doce horas lo conectaron a un ventilador mecánico. Y en tan solo ocho días, a las 9:30 de la noche del 30 de mayo, dejó de existir.

40 % obstetras menos

Actualmente, entre el 30 % y 40 % de obstetras se encuentran de licencia por edad, comorbilidades o afectadas con el nuevo coronavirus.

Ello ha provocado que varias profesionales tengan que cubrir los turnos de sus compañeras, haciendo guardias de hasta 24 horas, lo que les deja un estado de agotamiento y, al mismo tiempo, los expone más a contraer el COVID-19.

Esto hace que la toma de pruebas cada 15 días a estos profesionales sea primordial.

Margarita Pérez afirma que se requiere de la contratación de más obstetras para cubrir la demanda existente y brindar beneficios a los que se encuentran en plena labor.

La decana comenta que hay profesionales con contratos tercerizados. Incluso indica que una tuvo que ser trasladada a Lima desde Loreto a través de gestiones hechas por el Colegio de Obstetras, tras dar positivo. No tenía un seguro de salud y estaba grave. “En estos momentos hay discriminación para los obstetras”, señala con pesar.

Los caídos

Rosa Quiroz Vega (Lima) - 27 de mayo: “Fue una excelente persona”

Judith Yaringaño Balvín (Ucayali) - 4 de junio: “Era luchadora y encantadora”

Arturo Alcalde Quiroz (Lambayeque) - 10 de junio: ”Siempre ayudó de forma incondicional”

Luis Calderón Rojas (Ucayali) - 30 de mayo: ”Era el alma de todas las actividades”

Edison Paredes Grández (Junín) - 8 de junio: ”Él era un colega ejemplar”

Miguel Ángel Lluén Seclén (Loreto) - 17 de junio: “Gran ser humano y excelente profesional”

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