Obstetra del Hospital Maria Auxiliadora abrazó a su hija luego de 72 días sin verla
La médica quedó anonadada con la sorpresa de su única hija en el día de su cumpleaños y en pleno estado de emergencia por el coronavirus.
Gracias a la producción del canal de televisión Latina, una joven periodista pudo reencontrarse con su progenitora, luego de 72 días de confinamiento social por la COVID-19.
“El estómago me dolía y los nervios se apoderaban de mí, pero mis ganas de abrazarla, así sea a través de algo que nos separaba y protegía a la vez, eran más fuertes. Siempre hemos estado juntas, tengo más 'mamitis’ de lo que una vez creí. Días antes del aislamiento social obligatorio habíamos pasado las mejores vacaciones de nuestras vidas en Argentina y Uruguay, sin imaginar que al regreso un maldito virus nos separaría como nunca”, señaló la comunicadora.
Asimismo, la periodista recalcó la ardua labor que viene desarrollando su madre pues en medio de la crisis sanitaria que atraviesa el país, ella trae vida.
Por otro lado, recalcó que el riesgo que corre su madre no solo se da en el hospital en el que labora sino que también al momento de ir y regresar a casa pues tiene que subir al transporte público donde se han detectado gran catidad de contagios.
“Su regreso a casa es otra historia. Entre taxis y el tren eléctrico que ya tiene más del 40% de sus usuarios contagiados, según las últimas pruebas rápidas que se hicieron. Escuchar cada noticia y saber que el tiempo aún es tirano para nosotras no solo me aterra sino que el temor se apodera de mí al pensar que la COVID-19 me pueda alejar para siempre de mi mamá”, indicó.
Finalmente, la comunicadora, inmersa en nervios y lágrimas, logró ver a su progenitora y pudo abrazarla utilizando el equipo de seguridad correspondiente y a través de una ‘barra protectora’ hecha de plástico.
“Mi mamá vestida con su traje guinda de obstetra, con sus lentes y su mascarilla. Yo ni me reconocía, pero ahí estaba lista para el abrazo. Quería que ese momento sea eterno. Ella reía, de nervios y sorpresa. Una mujer dura y derecha, pero amorosa como ella sola. Que te abraza y te pregunta mil veces si la quieres. La mujer que me da calma y paz. Eso fue lo que sentí en ese momento. Por fin, mamita, solo le repetía, Ya no llores, hijita. Estoy bien”, sentenció la periodista.