En las ciudades los docentes se han adecuado a las clases virtuales mientras dure el periodo de cuarentena por la propagación del COVID-19. Pero en las partes altas, donde no existe conexión a internet, los alumnos y docentes no encuentran las mismas posibilidades.
Ana María Manrique Valencia es una docente de primaria que labora en la comunidad campesina de Maucallacta en el distrito de Salamanca, provincia arequipeña de Condesuyos.
En este lugar los pobladores aseguran que no hay señal ni para captar alguna emisora radial.
Por eso, la docente debe caminar hasta esta comunicada, ubicada a pies del nevado Coropuna, para llevar material educativo y de ese modo sus alumnos continúen sus clases.
En un video publicado hace unos días de Facebook, se ve a la docente caminando en medio de un fuerte viento. Su labor ha merecido buenos comentarios en la red social Facebook por parte de algunas personas que rescatan su labor como docente.
Este sábado la profesora contó un poco más de su sacrificada labor en una entrevista concedida a radio Korupuna. La entrevista la dio desde Chuquibamba, su pueblo natal donde la conocen también como la “docente de altura”.
Ana María contó que descubrió su profesión desde joven. Estudió en colegios públicos y se hizo profesional en el Instituto San Pablo de Chuquibamba.
Desde joven trabajó en colegios de zonas alejadas como Andagua, Orcopampa, Corire, hasta incluso en la selva.
La profesora contó un poco más de su sacrificada labor en una entrevista concedida a radio Korupuna.
Recién desde el 2018 trabaja en la escuela pública de la comunidad de Maucallacta enseñando a niños de cuarto, quinto y sexto de primaria.
La docente cuenta que el material que prepara para sus alumnos lo saca del programa Aprendo en Casa que se emite en las radios. Hace sus apuntes y todo lo trascribe en hojas que después las entrega a sus alumnos. Su trabajo sería más fácil si es que sus dos celulares no se hubieran malogrado.
“No importa que me tome el día, parte de la noche, no es impedimento para mí. Me estoy arriesgando un poco, pero sé que Dios me va a proteger”.
El viaje es todo un sacrificio. Debe caminar por más cuatro horas hasta el sector de Arma y desde ahí caminar más de 2 horas hasta el colegio. Este domingo viajará por la noche para encontrarse con sus alumnos el lunes.
La docente se ha propuesto también confeccionar mascarillas para sus alumnos. Compró telas y las confecciona usando la máquina de coser de su mamá. También ha pensado grabar sus clases para que el pueblo lo retransmitan mediante los megáfonos que tienen.