El joven venezolano Jesús Alexander Pires Gutiérrez tenía 30 años y como muchos de sus compatriotas llegó al Perú en busca de oportunidades laborales. Lamentablemente, un hecho fortuito se convirtió ayer en fatalidad: murió al explosionar una máquina compresora en la fábrica donde trabajaba como técnico de mantenimiento, en San Martín de Porres.
La empresa agroindustrial Mebol Sac, dedicada al procesamiento y comercialización de productos de confitería y congelados, fue escenario de esta terrible tragedia.
Pires había terminado sus estudios en la Universidad de Yacambu, Cabudare, en el estado de Lara y hacía casi dos años que llegó a nuestro país. Vino con la ilusión de sacar adelante a su familia y no tardó mucho tiempo en encontrar trabajo como operario en la citada planta industrial.
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Ayer se encontraba en el área de mantenimiento. Se le notaba preocupado, según recordaron sus compañeros. De pronto, al promediar las 8.45 de la mañana, ocurrió una explosión que lo lanzó a unos metros.
El golpe que sufrió en la cabeza fue mortal. Sus amigos trataron de auxiliarlo pero ya no dio señales de vida.
Esta tragedia ocurre a casi dos meses de la absurda muerte de Carlos Gabriel Campos Zapata (19) y Alexandra Antonella Porras Inga (18) en un local de la cadena McDonald’s, en Pueblo Libre. Las investigaciones determinaron en este caso que ambos murieron electrocutados en un ambiente que carecía de seguridad.
Jesús Pires habría fallecido en las mismas condiciones, según aseguraron sus afligidos compañeros de trabajo. Explicaron que el tanque de amoniaco de la compresora habría presentado una fuga días antes.
También denunciaron que en noviembre del año pasado ocurrió otra fuga de amoniaco que provocó problemas respiratorios a los empleados. “La planta fue cerrada temporalmente, sin embargo, los dueños pagaron la multa y siguió operando”, contó un trabajador.
No obstante, César Vargas, subgerente de Defensa Civil de la Municipalidad de San Martín de Porres, dijo que la empresa sí cuenta con licencia de funcionamiento y que cumple el giro que señala el documento. Igualmente, tiene certificado de Defensa Civil.
Indicó que la explosión en el tanque de la compresora se debería a un mal mantenimiento del equipo. Sin embargo, a través de un comunicado, la empresa aseguró que la muerte de Pires se debió a que fue alcanzado por la explosión de un tanque de agua y que se encuentran colaborando con las investigaciones, lo que difiere de lo dicho por los empleados.
Luego del accidente, las autoridades municipales procedieron a clausurar de forma temporal el establecimiento.
Pese a las amenazas de despidos, los trabajadores extranjeros y peruanos salieron a demandar mayor seguridad, pues este lamentable episodio se pudo haber evitado.
Asimismo, pidieron apoyo para repatriar los restos de Jesús Pires a su país. “Él no tenía familia en Perú, solo un compadre. Justo había terminado su turno y se iba a su casa”, dijo un amigo.
“Hay dos investigaciones, una es la causa del accidente y otra las condiciones laborales del grupo de personas”, dijo Juan Carlos Requejo, superintendente nacional de fiscalización laboral (Sunafil).
Varios trabajadores aseguraron ser víctimas de explotación laboral. Señalaron que trabajan de lunes a domingo por 12 horas y su sueldo varía entre los 150 a 200 soles por semana.
Por otra parte, tampoco reciben beneficios y no están en planilla. Algunos llevan dos años en esta situación, pero soportan por la necesidad que tienen.