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La chimpancé Natalia soltó a su cría muerta tras 7 meses de duelo: "La cuidaba y llevaba a todas partes"

Una chimpancé del Bioparc Valencia, soltó el cuerpo de su cría fallecida después de siete meses de duelo, un comportamiento natural que fue respetado por el equipo del zoológico.

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Los chimpancés, pueden portar el cuerpo de sus crías fallecidas durante semanas o meses, un comportamiento observado tanto en zoológicos como en su hábitat natural. Foto: BIOPARC

Natalia, una chimpancé de 21 años del Bioparc Valencia, ha protagonizado una historia conmovedora. Durante siete meses, la madre chimpancé llevó consigo el cuerpo de su cría fallecida, un comportamiento natural que sorprendió tanto a los visitantes como al equipo del parque. Este largo duelo terminó cuando Natalia finalmente soltó el cuerpo, permitiendo al equipo del zoológico recuperarlo y cerrar este capítulo de una manera respetuosa y natural.

La cría de Natalia murió pocos días después de nacer en febrero de 2023. A pesar de su fallecimiento, Natalia la mantuvo a su lado durante meses, protegiéndola y llevándola consigo en todo momento. Según los cuidadores del Bioparc, este comportamiento es común en chimpancés, tanto en cautiverio como en su hábitat natural, y refleja un instinto maternal profundo y doloroso.

El largo duelo de la chimpancé Natalia

Desde que la cría falleció, Natalia inició un proceso de duelo que se extendió por siete meses. Durante este tiempo, no dejó el cuerpo de su cría, un hecho que generó gran atención entre los visitantes del Bioparc Valencia y los expertos en comportamiento animal. Según Ana Bro, cuidadora del departamento de primates del Bioparc, Natalia "la cuidaba, la acicalaba y la llevaba a todas partes". A pesar de la muerte del pequeño chimpancé, su madre se mantuvo fiel a su instinto, demostrando el vínculo tan fuerte que existe entre los primates.

En Bioparc Valencia, el equipo respetó el proceso de duelo de Natalia, permitiendo que siguiera su instinto natural sin intervenir. Foto: EFE

El equipo del zoológico optó por no intervenir, permitiendo que Natalia viviera su duelo de manera natural. Durante todo este proceso, los especialistas del Bioparc observaron que la chimpancé se mantenía completamente integrada en su grupo social, mostrando comportamientos normales con los otros miembros. El parque, conocido por respetar los ciclos naturales de los animales, decidió dejar que Natalia dejara el cuerpo cuando estuviera lista, lo que finalmente ocurrió tras siete meses de espera.

¿Qué pasó con la cría del chimpancé Natalia?

En el momento de su muerte, aunque la cría seguía alimentándose bien hasta el día anterior, no pudieron salvarle. Los cuidadores intentaron intervenir, pero sus esfuerzos no fueron suficientes. Afortunadamente, el otro bebé de la madre sobrevivió y está en buen estado. Miguel Casares, director de Bioparc, comentó que este comportamiento era normal en especies inteligentes y sociables.

Las madres chimpancés desarrollan un vínculo extremadamente estrecho con sus crías, cuidándolas, protegiéndolas. Foto: BIOPARC

Casares mencionó que la madre supo inmediatamente que su cría había muerto, pero decidió no separarse de él, lo cual fue importante para su duelo. Los especialistas estaban preocupados por cómo reaccionaría Natalia, ya que había perdido otro bebé en 2018.

El comportamiento de duelo en chimpancés

El comportamiento de Natalia no es un caso aislado. Los expertos han documentado este tipo de duelo en chimpancés en varias ocasiones, tanto en cautiverio como en libertad. En su hábitat natural, es común que las madres chimpancés porten el cuerpo de sus crías fallecidas durante días, semanas o incluso meses, como fue el caso de Natalia. Este fenómeno ha sido estudiado en diversas especies de primates, donde se observa una profunda conexión entre la madre y su cría, incluso después de la muerte.

El duelo animal no se limita únicamente a los chimpancés. Otras especies, como los elefantes, también exhiben comportamientos similares. En el caso de los chimpancés, este comportamiento refleja la complejidad emocional de la especie y su capacidad para experimentar tristeza y pérdida, tal como lo haría un ser humano. El caso de Natalia es un recordatorio de las profundas emociones que los animales son capaces de sentir y cómo los zoológicos, como el Bioparc Valencia, permiten que estas emociones se desarrollen de manera natural y respetuosa.