La crisis económica en Sudamérica sigue siendo motivo de preocupación. Un nuevo informe revela que el nivel de pobreza en Argentina ha alcanzado cifras alarmantes, superando incluso a Venezuela, uno de los países más afectados por esta problemática. Los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) muestran un incremento considerable en esta tasa, situando a esta nación en el primer lugar del continente en dicho índice.
Argentina, la segunda nación más grande de Sudamérica y una de las economías más importantes de la región, enfrenta una crisis que ha empujado a más de la mitad de su población por debajo de la línea de pobreza. En el primer semestre de 2024, este indicador alcanzó el 52,9%, una cifra que refleja un aumento preocupante respecto al 41,7% registrado en el último semestre de 2023. Esto significa que alrededor de 25 millones de argentinos viven en condiciones precarias, marcando el nivel más alto de las últimas dos décadas.
Lo que agrava aún más la situación es el aumento de la indigencia, que afecta al 18,1% de la población; es decir, casi una de cada cinco personas no tiene acceso a lo esencial para subsistir. Los sectores más vulnerables, como los niños y adolescentes, son los más perjudicados: dos de cada tres menores de 14 años viven en hogares empobrecidos.
A pesar de que el gobierno atribuye la crisis económica a la gestión de administraciones anteriores, los críticos destacan que las medidas de ajuste están profundizando los problemas sociales, en vez de mitigarlos. El incremento de la pobreza en Argentina, que ha alcanzado el nivel más alto en Sudamérica, evidencia el impacto severo de las dificultades económicas en el país.
Estos son los países que tienen la tasa más alta de pobreza en Sudamérica. Foto: La Tercera
Otros países sudamericanos registran tasas altas que reflejan el impacto de diversas problemáticas económicas y sociales:
En contraste, Chile y Uruguay se destacan por tener las tasas más bajas de pobreza en la región, con un 6,5% y un 6%, respectivamente. Ambos países han implementado políticas efectivas para reducir este problema, logrando mejoras considerables en la calidad de vida de sus ciudadanos.