Los anti-Nobel o ig-Nobel 2024, que premia "logros que primero hacen reír y luego pensar", celebró su 34.ª edición, donde diez estudios fueron galardonados. Desde experimentos con palomas que guían misiles hasta gusanos sobrios que ganan carreras, la creatividad científica fue el tema central.
Un grupo de científicos descubrió que algunos mamíferos pueden respirar a través del ano, mientras que otros estudios revelaron que las plantas pueden imitar a sus vecinas de plástico. Estos y otros descubrimientos fueron reconocidos en un evento que premia investigaciones curiosas de manera divertida.
Premio que se llevan los ganadores del anti-Nobel o ig-Nobel. Foto: Ig Nobel
Los siguientes estudios lograron llevarse los premios en los anti-Nobel o ig Nobel 2024:
El premio de Fisiología fue otorgado a un equipo nipón-estadounidense que estudió la capacidad de ciertos mamíferos para respirar a través del intestino. Este fenómeno, previamente observado en peces como las lochas, fue demostrado en ratones, cerdos y ratas. Según los investigadores, el intestino podría funcionar como un “órgano respiratorio adicional” en situaciones extremas. Este estudio abre nuevas posibilidades para formas innovadoras de asistencia respiratoria en animales y humanos.
El premio Ig-Nobel de la Paz se otorgó al fallecido psicólogo B. F. Skinner por su inusual proyecto durante la Segunda Guerra Mundial: entrenar palomas para guiar misiles. Aunque el 'Proyecto Paloma' fue abandonado en 1944, las pruebas mostraron que las aves podían dirigir los misiles hacia sus objetivos, lo cual ofrece una alternativa sorprendente a las tecnologías de la época.
El premio de Botánica reconoció una investigación que demostró cómo la Boquila, una enredadera de Sudamérica, puede adoptar la forma de plantas de plástico cercanas. Según Felipe Yamashita, de la Universidad de Bonn, las plantas parecen "tener un ojo" para imitar su entorno. A pesar de lo increíble de la observación, los investigadores admiten que no comprenden cómo ocurre este fenómeno.
Un estudio sobre la probabilidad, que ganó un premio, consistió en lanzar una moneda al aire 350,757 veces. Los resultados mostraron que la cara superior antes del lanzamiento tenía una ligera ventaja, ganando en el 50.8% de los casos. Esta investigación no solo confirmó la aleatoriedad del lanzamiento de monedas, sino que también reveló que repetirlo excesivamente puede causar dolor en los hombros.
El premio de Demografía fue otorgado por un estudio que analizó los registros de longevidad en varias regiones. El australiano Saul Justin Newman bromeó diciendo que "el verdadero secreto de la longevidad es mudarse a lugares donde los registros de nacimientos sean deficientes". Este estudio sugiere que las cifras de longevidad pueden estar influenciadas por la calidad de los registros de nacimiento y muerte en diferentes lugares.
En el área de Química, un equipo de científicos separó gusanos borrachos de gusanos sobrios mediante una técnica de cromatografía y los enfrentó en una carrera. Los gusanos sobrios ganaron. Este experimento, aunque peculiar, muestra cómo los diferentes estados pueden influir en la actividad física de los organismos.
El premio de Anatomía destacó una curiosa observación sobre los remolinos capilares en las personas. Los investigadores descubrieron que la mayoría de los remolinos capilares crecen en sentido horario, pero en el hemisferio sur son más comunes los que crecen en sentido contrario. Este estudio abre preguntas sobre el desarrollo de las estructuras del cabello.
El premio de Medicina fue para un equipo europeo que demostró que los placebos que causan efectos secundarios dolorosos son más eficaces. Este hallazgo refuerza la idea de que el dolor percibido puede influir en la respuesta psicológica de los pacientes ante tratamientos inactivos.
El premio de Física fue otorgado a James Liao, quien demostró que una trucha muerta puede moverse en el agua de manera similar a una viva. Este hallazgo se suma a estudios sobre la capacidad de los peces de utilizar corrientes de agua a su favor, incluso después de la muerte.
Por último, el premio de Biología fue para un estudio de 1941 en el que se asustó a un gato encima de una vaca para observar su reacción. El experimento, aunque bizarro, pretendía explorar cómo la vaca respondía al miedo del gato, lo que podría tener implicaciones en el comportamiento animal y en la producción de leche.