Cargando...
Mundo

Venezuela: escenarios posibles para una elección

Hoy son las elecciones en Venezuela y, aunque las encuestas más confiables dan como ganador a Edmundo González, nada está dicho. La posibilidad de una maniobra de Nicolás Maduro siempre está presente. Y si gana la oposición y el chavismo acepta la derrota, de aquí a la toma de mando en enero faltan seis largos meses en los que habrá que negociar una transición sin violencia.

El jueves pasado, como ha ocurrido a lo largo de la campaña, Edmundo González, candidato a la presidencia de Venezuela, realizó su mitin de cierre de campaña acompañado por María Corina Machado, líder de la oposición y figura clave para el respaldo conseguido. “Todas las mediciones de opinión nos dan una cómoda y amplia victoria, y ni siquiera haciendo algunas triquiñuelas hasta el 27 de julio podrán cerrar la brecha que hay entre nuestra candidatura y la candidatura oficialista”, dijo González en su discurso, ante una multitud que coreaba: “Se ve, se siente. Edmundo presidente”.

Al mismo tiempo en el centro de la ciudad, el presidente Nicolás Maduro, quien va por una tercera reelección, volvió a dirigirse a sus compatriotas en tono de advertencia: “Piensen bien, por su familia, por su emprendimiento, por su comercio, por su empresa, por su trabajo, ¿quién de los 10 candidatos garantiza la paz y la estabilidad de Venezuela?”. Y aunque las cifras de las encuestadoras no lo acompañan ha decidido mostrarse muy seguro de que volverá a triunfar en esta elección. “¡Otra vez en las calles, de punta a punta!” arengó el jueves.

En cualquier país democrático, la elección estaría decidida. En Venezuela los observadores son cautos en afirmar eso. ¿Cuáles son los posibles escenarios en una elección poco transparente?

1. Maniobras para no perder

Durante la campaña electoral el chavismo ha llevado a cabo prácticas antidemocráticas abusando de su poder: ha detenido a opositores, ha usado recursos del Estado, ha cancelado la misión de observadores de la UE, atacado a medios de comunicación y realizado cambios en el proceso electoral como dispersar los centros de votación, cambiar de lugar a los votantes, o adelantar las elecciones al día del cumpleaños del fallecido Hugo Chávez.

Aunque son 10 los candidatos, la intención de voto se centra en González y Maduro. Foto: AFP

Hay consenso en que aún puede intentar otras maniobras. “Maduro está apostando a desincentivar la participación, a amenazar a los empleados públicos y a los beneficiarios de programas sociales, y se está hablando de cortes de luz y de gasolina para que las personas no puedan asistir a votar. Podemos esperar un abanico de herramientas para impedir esa participación masiva de la oposición”, dice Jesús Delgado, director de Transparencia Electoral. Y siempre hay temor de que el sistema de votación sea alterado o ignorado. La respuesta de la oposición es poner 90.000 ‘testigos’ (personeros) en las mesas para reportar irregularidades.

2. ¿Una derrota chavista?

Si como dicen las encuestas, Maduro pierde la elección, la principal tarea de la oposición -respaldados quizá por la comunidad internacional- será lograr que acepte que perdió y que debe entregar el poder. “El próximo periodo presidencial se inaugura el 10 de enero de 2025. Si pierde hay un lapso de seis meses en que vamos a tener un presidente electo bendecido con una mayoría, con una propuesta de gobierno diferente a Maduro. Y vamos a tenerlo a Maduro en el poder durante un tiempo largo. Además, la Asamblea Nacional es chavista, el tribunal Supremo —con 32 magistrados— es todo oficialista, y la Fuerza Armada Nacional acompaña el proyecto oficialista. Habrá una dualidad de poderes. Ahí se hacen necesarios unos acuerdos de convivencia”, explica el periodista venezolano y corresponsal de Inter Press, Humberto Márquez.  

No será fácil que Maduro deje el poder, pero esta es la oportunidad de triunfo más clara de la oposición. Aunque él ha prometido que si gana y la oposición no acepta los resultados “habrá mano dura para los fascistas”, se dice que los militares no estarían dispuestos a reprimir a la población en sus términos.

3. Una transición negociada

Algunos reportes periodísticos daban cuenta de que si Maduro permitió la participación de Edmundo González en la carrera electoral y de María Corina Machado en la campaña es porque ha habido ciertas presiones de Estados Unidos en reuniones realizadas de Gobierno a Gobierno en los meses pasados. González, diplomático de carrera, no es un advenedizo en política aunque siempre ha mantenido perfil bajo. A diferencia de Machado es un político poco dado al enfrentamiento, tiene buenas relaciones con los partidos de la Unidad Democrática y podría ser, de ganar la elección, el hombre indicado para liderar una transición negociada.

“El temor, en caso de que gane la oposición, es que vayan a actuar con ansias de revancha, de desquite, de cortar cabezas, de cacería de brujas contra quienes actualmente están gobernando. Allí habría que hacer una negociación como ha ocurrido en otros casos. Lo contrario a eso es el caos”, dice el periodista Márquez. En todo caso el conciliador González Urrutia puede ser esa figura que va a buscar entendimientos entre opositores y oficialistas.

En los últimos días las encuestas más confiables daban como ganador a Edmundo González Urrutia con diferencias de 20 a 30 puntos. Pero en contraposición a ello, el Consejo Nacional Electoral (CNE), con un colegiado de cinco integrantes, tiene mayoría chavista ahora y desde hace 20 años. Su presidente, Elvis Amoroso, es un declarado seguidor del Gobierno y —en una situación inexplicable para un funcionario de su rango en cualquier país democrático— en los últimos días ha atacado a medios extranjeros que cuestionan la transparencia del proceso electoral y a medios de su país que recogen esa información. El CNE genera dudas, lo mismo que el Poder Judicial, que podría hacer alguna maniobra sorpresiva en esta parte del proceso.

Y aunque el chavismo-madurismo ha jugado con todas las condiciones a su favor en esta campaña, todo indica que la población, sobre todo la más pobre y del interior del país, quiere un cambio. Y Chávez empieza a quedarse solo en la vecindad sudamericana. Brasil desistió de enviar una misión de observadores, luego que Maduro cuestionó el sistema de votación brasileño. El ex presidente argentino Alberto Fernández dijo que le retiraron la invitación después de pedir que se respetara el  resultado. Otro mandatario de izquierda, como Gabriel Boric de Chile, también ha pedido lo mismo.

A pesar de todo, nada esta dicho en una elección en que Maduro y la cúpula chavista se juegan hoy su supervivencia política.