El tamal es un alimento que forma parte de la dieta de los latinoamericanos, y se puede servir en el desayuno o como aperitivo. Su versatilidad se destaca no solo en los diversos tipos de sabores, sino también en su meticulosa forma de preparar. A su vez, este platillo tiene una historia que se remonta a las antiguas civilizaciones que prosperaron en los territorios conquistados por los españoles.
El clásico tamal peruano con sarza criolla. Foto: Comedera
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Este potaje, cuidadosamente envuelto en hojas de plátano o maíz, se destaca especialmente en la cultura peruana durante los fines de semana, cuando las familias lo compran para disfrutarlo en casa, acompañado de la sarsa de cebolla o llamada sarsa criolla, pan y café. De este modo, se convierte en una tradición.
Para muchos, degustar un tamal es un auténtico placer culinario, sobre todo por la sorpresa que ofrece su interior: la carne. La variedad en el relleno es tan amplia como lo permitan la imaginación y las tradiciones locales. Por ejemplo, existen tamales rellenos de carne de cerdo, pollo, res e incluso, según las versiones más gourmet, pato o cordero.
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México es conocido como el país de origen de este alimento. Sin embargo, cabe mencionar que se considera que la génesis de este se encuentra en Mesoamérica, del centro de la nación mexicana al norte de Centroamérica, donde las civilizaciones como los mayas y los aztecas ya preparaban versiones tempranas de este alimento.
Los diversos tipos de tamales en México. Foto: Noticieros en Línea
De acuerdo con una investigación realizada por una especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es probable que los primeros tamales se elaboraran con masa de maíz obtenida de mezclar harina de maíz con agua. A diferencia de las versiones actuales, estos tamales primitivos no incluían grasas vegetales en su preparación.
En la obra 'Historia general de las cosas de Nueva España', escrita por Fray Bernardino de Sahagún, se menciona que en México ya se consumían tamales antes de la llegada de los conquistadores. Estos platillos se preparaban con una amplia variedad de ingredientes, desde los más simples hasta los que hoy se considerarían exóticos para el gusto moderno.
La base principal del tamal es el maíz. Foto: Mujer Gourmet
Sahagún detalla que entre los ingredientes utilizados en el relleno de los tamales se encontraban productos como el ahuautle (larvas de mosca) y el acuiliztca (gusanos blancos), además de otros más comunes, como espigas, hongos y hierbas.
Otra evidencia que refuerza la idea de que el tamal es originario de México se halla en la veneración de Xilonen, una deidad de la mitología mesoamericana. Como diosa joven del maíz, Xilonen estaba asociada con la fertilidad y la vegetación. La adoración de esta deidad por parte de los pueblos indígenas precolombinos resalta la importancia del maíz en su dieta y economía.
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La preparación moderna del tamal ofrece innumerables variaciones. Ello porque los ingredientes varían según el país o la región de donde provenga la receta.
La base principal del tamal moderno es una masa hecha de maíz o arroz molido, sazonada con sal, pimienta, comino y grasa de cerdo. Esta masa se rellena con carne de res, pollo o cerdo, además de verduras, aceitunas, frijoles, queso, alcaparras y huevo, entre otros ingredientes.
La preparación del tamal entre tradición. Foto: Mexican Food
La masa sazonada se envuelve en hojas vegetales, como las de plátano, bijao, maíz, maguey o aguacate, y luego se cuece en agua caliente o al vapor.