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¿Quién fue el 'Schindler chileno' que salvó más de 100 personas de la dictadura de Augusto Pinochet?

Además de compartir apellido con Oskar Schindler, el empresario chileno imitó su labor al crear una red de farmacias para evitarles un fatídico destino a perseguidos de la dictadura.


El empresario chileno protegió, a través de su cadena de farmacias, a los perseguidos por la dictadura de Augusto Pinochet. Foto: composición LR/LOM Ediciones/AFP

Por muchos es conocida la historia de solidaridad de Oskar Schindler, un empresario alemán que, en pleno exterminio realizado por el régimen nazi, salvó la vida de casi 1.200 judíos, dándoles resguardo y trabajo en su fábrica de utensilios de cocina. Sin embargo, pocos conocen que, durante la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, un hombre llevó a cabo un gesto bastante parecido al acoger a más de 100 perseguidos de la dictadura en su cadena de farmacias, a quienes protegió de la tortura, la desaparición o la muerte.

Se trata de Jorge Schindler Etchegaray, un acaudalado empresario chileno que acogió a más 100 militantes del Partido Comunista y de la izquierda que huían de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la secreta y brutal policía de la dictadura militar pinochetista.

Debido a la persecución de la dictadura de Augusto Pinochet, Jorge Schindler acogió a varios perseguidos políticos. Foto: @hacemosmemoria/Twitter

“Me endeudé con los bancos, con los laboratorios, con mi familia y algunos amigos para abrir la primera farmacia. Nos fue bien y luego inauguramos la segunda... y la tercera, y así sucesivamente. Yo no me considero un héroe. Solo hice lo que pude por ayudar a mis compañeros en esos años tan difíciles, donde nos cazaban como animales por el solo hecho de haber querido construir un futuro mejor para Chile”, explicó en el 2014 Jorge Schindler a BBC Mundo.

Un año después del ingreso de Augusto Pinochet al Gobierno de Chile, Schindler Etchegaray inaugura en 1974 una cadena de farmacias ubicadas en las barriadas obreras de Santiago, y otra en el centro de Concepción, al sur de la capital chilena. El proyecto, que consistió al final en la apertura de unos siete establecimientos, contó con la colaboración de dos importantes personajes.

Varios de los sobrevivientes de la estructura clandestina dirigida por Jorge Schindler durante un homenaje a ellos realizado en la Casa del Arte de la Universidad de Concepción. Foto: Nelson Muñoz Mera

El primero de ellos fue José Muñoz, un capitán de los carabineros que había sido jefe de la guardia presidencial de Salvador Allende y era primo de la esposa de Schindler. A él se le sumó la ayuda de Quentin Romero, un exdetective que luchó junto con el asesinado presidente en el histórico bombardeo a La Moneda y que diseñó el plan de seguridad para evitar la represión militar.

Estas farmacias también sirvieron para encubrir el trabajo de dirigentes políticos, sindicalistas del carbón, profesores universitarios, profesionales y obreros que trataban de luchar contra el régimen dictatorial de Pinochet. Para ello, tuvieron que esconder sus identidades, cambiarse el color de pelo, usar bigotes y barbas postizas, además de utilizar un lenguaje codificado. Una de las normas más cruciales de seguridad consistió en que ninguno de los refugiados supiera que hacía otro de sus compañeros.

El capitán de Carabineros José Muñoz junto con su esposa y al presidente Salvador Allende. Foto: Manuel Salazar Salvo

Debido a los ataques a las cúpulas del Partido Comunista en 1975 y 1976, Schindler y los miembros de su clandestina organización que operaba tras su cadena de farmacias empezaron a sufrir un creciente acoso por parte de los servicios de inteligencia.

Para inicios de 1979, al ser perseguido y prácticamente acorralado por la DINA, Jorge Schindler decidió salir de Chile motivado por sus compañeros. Por ello, viajó hacia Buenos Aires, de ahí voló para Alemania y luego hacia Bulgaria. Un año después, se instaló definitivamente en Fráncfort, donde vive hasta ahora y aún dirige una agencia de turismo hacia los países de América del Sur.

Debido a la dictadura de Pinochet, Jorge Schindler tuvo que refugiarse en Fráncfort, donde vive hasta la actualidad. Foto: Jorge Schindler/Facebook

De acuerdo con la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura creada en 2003, entre 1973 a 1978, unas 3.000 personas desaparecieron de los macabros centros de torturas y exterminio de la Junta Militar chilena. Asimismo, otros 20.000 hombres y mujeres fueron detenidos arbitrariamente y torturados sádicamente durante el régimen dictatorial de Augusto Pinochet.