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Gabriel Boric pide un “cambio de rumbo” en Perú ante la represión policial del último mes

Durante su participación en la CELAC, el mandatario chileno se pronunció sobre la grave situación que se viene afrontando su país vecino.

El mandatario chileno lamentó las muertes por protestas en Perú.  Foto: composición LR/AFP
Foto: composición LR/AFP

El mandatario chileno Gabriel Boric manifestó este martes, durante su intervención en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que el Perú “necesita un cambio de rumbo” ante la violencia “inaceptable” que ha vivido durante los últimos meses.

Para el líder de Estado, es lamentable la pérdida de más de 50 vidas durante las protestas que piden la salida de Dina Boluarte de la presidencia. “No podemos ser indiferentes cuando hoy en día, en nuestra hermana nación de Perú, personas que salen a marchar y a reclamar lo que consideran justo terminan baleadas por quien debiera defenderlas”, indicó Boric al público.

El mandatario chileno también pidió elecciones libres en Venezuela. Foto: @Cooperativa/Twitter

El mandatario chileno también pidió elecciones libres en Venezuela. Foto: @Cooperativa/Twitter

Esta no es la primera vez que el mandatario chileno manifiesta su preocupación por el grave estado que se vive en Perú. El pasado 10 de enero lamentó la pérdida de vidas en el sur del país e invocó al Estado peruano a respetar y resguardar los derechos humanos.

larepublica.pe

Boric pide elecciones libres en Venezuela

Durante su intervención en la CELAC, Gabriel Boric aprovecho también para pedir elecciones “libres, justas y transparentes” en Venezuela para 2024 y ofreció el apoyo de su Gobierno con el fin de “colaborar en el diálogo entre los distintos sectores del país para encontrar una salida” a la crisis.

Fuera de la democracia no hay libertad ni dignidad posible (…) La dictadura (en Chile) nos enseñó de forma brusca a sangre y fuego los efectos de relativizar la democracia y los derechos humanos”, añadió el exlíder estudiantil, quien hizo un llamado a condenar la violación de los derechos humanos, “independientemente del signo político de quien gobierne”.