Ante las noticias nada alentadoras que han llegado al público sobre la salud del papa emérito, su secretario histórico, el arzobispo Georg Gänswein, se ha limitado a señalar que Benedicto XVI, de 95 años, “es como una vela que se apaga lenta y serenamente”. Según informaron medios afiliados al Vaticano, el estado del antecesor de Francisco I se mantiene “grave, pero estable”.
En ese sentido, el papa Francisco ha hecho un llamado masivo a la oración para que su predecesor se recupere de su delicado estado de salud, por lo que sus palabras suscitaron preocupación.
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”Oremos juntos por el papa emérito Benedicto XVI, que en el silencio sigue rezando por la Iglesia. Pidamos al Señor que lo consuele y lo sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia, hasta el final”, señaló la máxima autoridad de la Iglesia católica.
A pesar de que corren rumores de que la salud de Benedicto XVI está en un mal momento, desde el Vaticano aseguran que está “bajo control”, pese a su empeoramiento.
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“La situación por el momento sigue bajo control, seguida constantemente por los médicos”, informó el director de la oficina de prensa del Vaticano, Matteo Bruni. “Puedo confirmar que en las últimas horas se ha producido un agravamiento por el avance de la edad”, agregó.
DW informó que, los últimos meses, Benedicto XVI, el primer papa en renunciar al pontificado desde tiempos de Gregorio XII, los ha pasado en silencio; excepto a inicios de año, cuando tuvo que salir al paso de las acusaciones sobre cómo gestionó algunos casos de sacerdotes acusados de abusos a menores cuando era arzobispo de Múnich.