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China: protestan se multiplican en contra de la política de “cero COVID”

Hartazgo. Cientos de personas se manifestaron ayer en varias ciudades de China contra las férreas restricciones sanitarias desde hace tres años. Piden la renuncia del primer ministro chino.

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Gesto. En Shanghái marchan con papeles blancos por víctimas de un incendio en un edificio de confinados, en Urumqi. Foto: difusión

Cientos de personas se manifestaron el domingo en varias ciudades de China, donde crece la indignación contra la política draconiana de “cero COVID” impuesta por las autoridades desde hace casi tres años. En Shanghái, una ciudad de más de 25 millones de personas y que soportó este año un confinamiento de dos meses que provocó escasez de alimentos, cientos de personas marcharon en silencio por el centro de la megalópolis.

Según explicó un testigo, los manifestantes mostraban hojas en blanco —un gesto que se ha convertido en un símbolo de protesta contra la censura en China— y flores blancas, ambos gestos en solidaridad con el fallecimiento de diez personas, hace unos días, en un edificio de confinados, en la localidad de Urumqi, Xinjiang.

La policía llegó luego y los dispersó, pero se llevó a algunos a la fuerza, dijo un testigo, que requirió el anonimato.

Que se vaya Xi Jinping

Horas antes, una multitud se congregó cerca de la calle Wulumuqi —el nombre en mandarín de la ciudad de Urumqi— con gente gritando “¡Xi Jinping, renuncie, renuncie!”, en una rara muestra de rechazo al presidente chino, según un video divulgado por redes sociales y geolocalizado por la agencia de noticias AFP.

En la Universidad de Pekín también tuvo lugar una vigilia en memoria de las víctimas del incendio de Urumqi. Según un estudiante que participó, las protestas empezaron el sábado por la noche y se congregaron entre 100 y 200 personas.

Según otras grabaciones, hubo manifestaciones en Chengdú y Canton (sur), pero se no pudo autentificar las imágenes de forma independiente.

En Shanghái, una ciudad de más de 25 millones de personas y que soportó este año un confinamiento de dos meses que provocó escasez de alimentos. Foto: composición LR- news.eseuro

Un incendio, el detonante

Aunque el hartazgo de la población china por la draconiana política contra la pandemia que imponen las autoridades ya era patente desde hace meses, la muerte de diez personas en el incendio en un edificio aparentemente confinado en Urumqi el jueves ha prendido la mecha de actos de rechazo en numerosos puntos del país.

Las vigilias y protestas en grandes ciudades como Shanghái, Nanjing o Wuhan, de acuerdo a videos difundidos en redes sociales occidentales, se iniciaron hace dos días, mientras la prensa oficial mantiene silencio sobre el asunto.

La capital china, especialmente blindada contra los rebrotes desde 2020, experimenta ahora sus niveles más altos de contagios. Según el último parte oficial, este sábado fueron detectados más de 4.300 nuevos casos, de los que el 82 % son asintomáticos, de acuerdo con las autoridades sanitarias.

En Pekín, las protestas se iniciaron a partir de una vigilia con velas y flores organizada en memoria de las víctimas del incendio de Urumqi. “No queremos PCR ni mascarillas, queremos libertad” fue otro de los gritos coreados por los manifestantes, que también cantaron “La Internacional” e himnos en chino.

En las principales redes sociales chinas, como Weibo —equivalente a Twitter, inaccesible en el país—, las referencias a esta protesta son bajo la etiqueta “Desfile de Pekín”, pero las publicaciones son censuradas y desaparecen con rapidez, según se pudo comprobar.

Censuran imágenes de Qatar 2022

La televisión china, al retransmitir los partidos del Mundial de Fútbol, ya no saca a espectadores sin mascarilla en sus imágenes, después de que ese tipo de planos causaran enfado entre ciudadanos hartos de las restricciones contra el Covid-19 en su país.

China es la última gran economía mundial que continúa aplicando una dura estrategia contra el coronavirus, llamada “cero COVID”, que implica confinamientos de barrios y ciudades enteras, periodos de cuarentena y tests masivos.

Para evitar que los telespectadores chinos vean al público de los estadios sin mascarilla, la cadena deportiva de la CCTV reemplazó sistemáticamente, en la retransmisión del partido Japón-Costa Rica, las imágenes en que aparecía gente sentada demasiado junta con planos que no se distinguieran las caras de cerca.