El presidente filipino, Rodrigo Duterte, autorizó este jueves 6 de enero a detener a las personas no vacunadas que salgan de sus casas durante el actual periodo de restricciones impuestas para frenar los contagios de la variante ómicron del coronavirus.
Después de que el número de infecciones se triplicara en los dos últimos días en el archipiélago, 13 millones de habitantes de Manila no vacunados tienen orden de permanecer en sus hogares. La misma regla rige en otras provincias y ciudades.
Las autoridades prevén que las infecciones sigan aumentando en los próximos días y alcancen su punto máximo a finales de mes.
“Debido a que es una emergencia nacional, mi posición es que podemos detener” a las personas que no se han vacunado, dijo Duterte en un mensaje.
“Ahora estoy dando órdenes (a los jefes de las localidades) para que busquen a las personas que no están vacunadas y les pidan u ordenen, si pueden, que se queden quietas”, precisó.
“Si se niegan y salen de sus casas (...), se le puede retener. Y si se niegan, (el funcionario) está facultado para detener a los recalcitrantes”, añadió.
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La vacunación contra la COVID-19 es voluntaria en este país de más de 100 millones de habitantes, donde menos de la mitad de la población se ha inmunizado.
En Filipinas, el coronavirus ha infectado a 2,9 millones de personas y, de ellas, casi 52.000 murieron.