En Australia, más de 250 personas fueron detenidas este sábado después de violentos choques con la Policía, cuando protestaban contra las nuevas restricciones sanitarias de movilidad que aprobó el Gobierno del país con el fin de contrarrestar la propagación del coronavirus. Hoy, el país registró el mayor número de nuevos casos de coronavirus desde el inicio de la pandemia.
Las movilizaciones se dieron en los estados de Sidney y Melbourne, donde más de 1.500 polícias se desplegaron para supervisar que se cumplan la normativa anti-COVID-19 durante la marcha y, luego, reprimir a los manifestantes con gas pimienta.
Como resultado, siete agentes quedaron heridos y más de 200 personas fueron arrestadas por participar en una protesta que, según indicó la Policía del estado de Melbourne, era “violenta e ilegal” en base a una orden de salud pública,
Desde la multitud se enunciaban consignas contra el Gobierno y sus medidas que, según reclaman, atacan directamente a “las leyes y la Constitución”. Una escena similar ocurrió a fines de julio.
Antes de la movilización, más de 700 unidades de la Policía impuso multas en la calles de Melbourne a las personas que planeaban unirse a la manifestación.
El ministro de Salud del estado de Nueva Galés, Rob Hazzard, lamentó que Australia esté viviendo “una situación muy grave” con un sistema sanitario muy saturado y en la que hay una parte de la población que “deliberadamente no cumple con lo que se les ha pedido que hagan”.
Australia, que se había aislado para evitar la entrada del virus, se enfrenta a un repunte de casos desde junio debido a la llegada de la contagiosa variante Delta, que ha provocado el retorno de severas restricciones.