El Ejercitó de Birmania ha utilizado la supuesta importación ilegal de un dispositivo telefónico para acusar formalmente a la líder electa Aung San Suu Kyi y mantenerla detenida al menos dos semanas más, mientras surgen las protestas en el país contra el golpe de Estado del lunes.
Según los informes policiales a los que tuvo acceso Efe, la nobel de la paz y consejera de Estado, que fue arrestada el lunes 1 de febrero junto a parte de su Gobierno durante el golpe, ha sido acusada por los militares de importar ilegalmente un aparato de comunicación telefónica, el mismo que hallaron en su vivienda.
La líder birmana, de 75 años, y que se encontraba hasta ahora en arresto domiciliario en la residencia gubernamental de la capital, Naipyidó, se podría enfrentar a una pena de hasta tres años de cárcel por ese delito y tendrá que permanecer detenida al menos hasta el 15 de febrero.
Antes de perpetrar el golpe, Aung Hlaing, denunció irregularidades en las elecciones del pasado noviembre, cuyo ganador fue el partido de la detenida Aung Suu Kyi. Foto: EFE
La policía además presentó cargos contra el también depuesto presidente, U Win Myint, que está acusado de quebrantar la ley de gestión de desastres naturales, entre los que se incluye la pandemia, al haber desplazado en un viaje en plena campaña electoral 220 vehículos en contra de las medidas por la COVID-19 que prohíben la reunión de más de 30 personas.
Un portavoz del hasta ahora partido gobernante Liga Nacional para la Democracia (LND), confirmó en Facebook los cargos contra el presidente y la consejera de Estado destituidos por los militares, que asumieron el poder tras acusar al Gobierno electo de fraude electoral en las elecciones del pasado noviembre.
A pesar de que el martes 2 de febrero un portavoz de su formación política, la LND, aseguró que Suu Kyi continuaba en arresto domiciliario en su residencia oficial de la capital y se encontraba “en buen estado de salud”, de momento se desconoce si ha sido trasladada para ser interrogada.
El político de 69 años ejercía de presidente desde 2018, aunque la líder de facto del país era Suu Kyi, nombrada como consejera de Estado, un puesto diseñado para sortear el artículo de la Constitución que veta la presidencia a quienes tengan parientes inmediatos extranjeros, lo que es su caso.
U Win Myint, el político de 69 años ejercía de presidente desde 2018, aunque la líder de facto del país era Suu Kyi, nombrada como consejera de Estado. Foto: AFP
El golpe militar ha generado en el país un incipiente movimiento de desobediencia civil y este miércoles el personal sanitario de más de 70 hospitales y centros médicos de Birmania se sumó a una convocatoria de protesta.
Enfermeros, dentistas, médicos y otro personal sanitario de hospitales de más de 30 ciudades se unieron hoy a la manifestación enseñando lazos rojos. Esta es una de las primeras movilizaciones tras la asonada militar del lunes.
La asonada militar ha seguido teniendo gran resonancia internacional y la ONU reclamó el martes a las potencias internacionales una clara condena del golpe de Estado y les pidió que rechacen el plan de los militares para celebrar unas nuevas elecciones.
Conforme al estado de emergencia decretado, los militares mantendrán el poder durante un año y celebrarán elecciones, en una fecha no precisada, para entregar el poder al partido vencedor en las urnas.
Los militares, que a pesar de iniciar una “democracia disciplinada” hace una década, nunca habían renunciado del todo al poder en el país asiático al disponer del 25% de los escaños del Parlamento y de los influyentes ministerios del Interior, Fronteras y Defensa.