La expresidenta de Costa Rica Laura Chinchilla, candidata de su país y favorita a ocupar la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), explica a La República los fundamentos por los cuales se deben postergar las elecciones, previstas para setiembre de este año, de este organismo multilateral para el desarrollo económico, social e institucional sostenible de América Latina y el Caribe, para marzo del 2021.
¿Por qué es importante que un representante latinoamericano presida el BID?
A mí no me gusta ponerle nacionalidades a las candidaturas, y en eso quiero ser muy clara. Aquí lo más importante son dos cosas. Tratar siempre de apegarse lo más posible a las reglas del juego, que fijen los procesos, particularmente cuando se trata de instituciones internacionales financieras las cuales están obligadas a generar mucha confianza y certidumbre en sus decisiones, y lo segundo, el tema del perfil de las personas. Quien vaya a ser nombrada debe tener condiciones de eficacia para enfrentar los momentos tan complejos que va a tener que enfrentar el BID y América Latina.
Usted va a postular.
Bajo esas dos consideraciones, Costa Rica y su candidatura toman la decisión de presentarse y desde ahí ofrezco evitar la politización y la polarización del Banco Interamericano de Desarrollo porque se va a requerir mucho acuerdo político, mucho consenso para enfrentar los desafíos tanto en el manejo de los aspectos administrativos y crediticios del banco como también en una eventual ampliación de capital.
¿Tiene el apoyo de países y personajes latinoamericanos?
Personajes, muchos y muy complacida. Si fueran las personas las que votan, no tendría ninguna duda de nuestra fuerza. También muy agradecida con los medios de comunicación, pues han propiciado la intensa discusión, la que hay que abrir a muchos de los sectores de nuestros países en algún momento en donde la ciudadanía está tomando más protagonismo. Desde el punto de vista de los gobiernos, en una situación tan apremiante como la pandemia y la irrupción de una candidatura que no tenía precedentes, los países están un poco más cautelosos, yo no me atrevería nunca a decir: estos no votan, estos sí, por tal o cual. Solamente en el momento del voto ya podremos conocer el resultado.
¿Cuál es el riesgo de un candidato de EEUU?
Con independencia de la nacionalidad, y por supuesto de la adscripción partidaria, si un candidato de un país que posee el 30 por ciento del capital accionario aspira a presentarse debería, al menos, tener la garantía de un apoyo bipartidista amplio en su país, esto es para no exponer al Banco Interamericano de Desarrollo a una politización. Sin algunas condiciones, el riesgo es muy alto, para el banco y la región.
¿Qué interés tienen los que respaldan a Estados Unidos?
No está en mí interpretar el voto de los Estados. Yo respeto sus decisiones. He gestado mucho la vida democrática. Soy de un país con esa voluntad política, la más antigua de la región y una de las más sólidas, y nunca he criticado, en ningún momento, a quienes no votaron por mí. El caso es que un conjunto de naciones, igualmente respetables, han tenido que abocarse a atender su agenda doméstica ante la pandemia de tal manera que no ha habido condiciones para dedicarle el debate que merece la reflexión y elección en el BID. Y eso yo se lo puedo confirmar que ha sido así porque empecé conversando con algunos de los países antes de la pandemia y la actitud era otra. Era una postura más reflexiva. Había intenciones de promover una discusión mucho más profunda, de intensificar, por ejemplo, los debates en torno a las visiones que se iban a tener sobre el banco, en cuanto a las prioridades, etc. Pero dada la pandemia la región no ha tenido tiempo, básicamente eso es.
¿Cuál es el papel de los representantes asiáticos?
El papel de los representantes extra regionales que llamamos así es tan importante como el de los socios regionales porque en algunos casos tienen un capital significativo puesto en el banco y aun cuando no es tan sustancial han brindado valores al banco: recursos técnicos, y además, muchos de ellos también son socios de la región, por la vía de aportes bilaterales.
¿Ha conversado con el gobierno o representantes de la sociedad peruanos?
Sí. En algún momento lo hemos tenido, tan igual como con casi todos los países de la región. En el caso del Perú se siguió los mecanismos oficiales. Sostuvimos un encuentro con la señora ministra de Finanzas en su momento, todo por la vía virtual, por supuesto, y también, en paralelo, una reunión con el director del Perú en el BID, que es una persona que está radicada en Washington.
¿De qué depende que se postergue la elección del presidente del BID para el 2021?
De que prevalezca un espíritu de unidad en relación a la decisión más importante que tiene la región, colectivamente hablando. Así no sea la mayor parte de los votos, yo creo que ya por el hecho que haya un porcentaje significativo de países que así lo expresen, me parece que debería ser suficiente para que los candidatos facilitemos ese proceso y hagamos el llamado a la posposición sin ningún temor. Nunca, nunca, a ningún proceso hay que tenerle miedo, al tiempo que permite la discusión como corresponde y en más profundidad de las ideas.
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¿Espera, que en respeto a la tradición, EEUU retire al representante de Donald Trump?
Yo no cuento con que un candidato se retire, y nadie lo está pidiendo, pues me he preparado para competir. Pero sí se solicitan las condiciones óptimas para una reflexión colectiva, que permita salir lo más fortalecidos y unidos de un proceso de elección que definirá el desarrollo futuro de nuestras naciones en circunstancias que atravesamos la mayor crisis en la historia reciente de América Latina.