Rodrigo es un padre de familia que se gana la vida vendiendo desayunos en la Av. Capdevilla al 2000, en la ciudad de Córdoba (Argentina). Sin embargo, el 1 de junio sufrió el robo de su única herramienta de trabajo en medio de la crisis por el coronavirus.
Los delincuentes destrozaron su carrito y luego huyeron con la mercadería y la máquina de café, que con tanto esfuerzo compró para mantener a su familia. Tras acatar la cuarentena impuesta por el Gobierno, el hombre volvió a trabajar, sin imaginar que le pasaría una desgracia.
El joven padre de tres niños perdió la visión debido a un accidente. “En 21 días quedé ciego”, contó. Gracias a un trasplante de córnea recuperó parcialmente la vista en uno de sus ojos, pero quedó con discapacidad visual.
Rodrigo trabaja con su esposa desde que vendieron su auto e invirtieron todo el dinero en comprar un carrito de desayuno y equiparlo. “Es nuestra única fuente de ingreso. Con ella (su esposa) salimos todos los días a ganarnos la vida”, sostuvo angustiado.
A pesar de que recibe una pensión por discapacidad, Rodrigo quiere enseñarles a sus hijos que con esfuerzo pueden convertir sus sueños en realidad.
“Recibo una pensión por discapacidad, pero yo no quiero vivir de eso. Quiero demostrarles a mis hijos que, a pesar de mi dificultad, yo quiero trabajar. Quiero salir adelante”, relató.
En plena crisis por el coronavirus, Rodrigo no puede trabajar en la elaboración de desayunos debido a que malhechores le arrebataron su máquina usada. Esta había sido adquirida por la suma de unos 90.000 pesos, ya que una nueva le habría costado mucho más.