A medida que las restricciones de confinamiento vienen aliviándose en diferentes países del mundo, aumenta el riesgo de una segunda ola de infecciones de coronavirus. Recientemente, el Dr. Hans Kluge, director de la región europea de la OMS, recalcó que la pandemia aún no ha terminado, motivo por el cual los gobiernos deben estar preparados.
Los expertos en salud que monitorean la evolución de la pandemia en Asia resaltan una serie de lecciones que el resto de los países deberían aprovechar para fortalecer su capacidad de respuesta en la lucha contra la propagación del virus. A través de un detallado informe, la BBC ha destacado las estrategias más importantes aplicadas por los gobiernos asiáticos.
Según Tedros Adhanom, director general de la Organización Mundial de la Salud, una de las estrategias clave para contener la propagación del coronavirus es tomar “medidas agresivas para encontrar, aislar, evaluar, tratar y rastrear” cada caso, sea positivo o sospechoso. “Esto es especialmente relevante para muchos países con sistemas de salud vulnerables”, resalta.
La bióloga celular y principal investigadora del University College de Londres, Jennifer Rohn, quien afirma que ninguna vacuna estará lista lo suficientemente rápido para frenar una segunda ola de COVID-19, coincide con esta postura. “El rastreo y las pruebas son absolutamente cruciales, no hay forma de que tengamos esto bajo control sin eso”.
“Con base a los datos de Asia, hemos visto que la única forma de controlar una segunda ola de infecciones es a través de pruebas rápidas a los ciudadanos, encontrándolos y luego poniéndolos en cuarentena”. En Corea del Sur, pese a que al principio fue un epicentro de contagio importante, el gobierno aplicó pruebas de diagnóstico exhaustivas.
A su vez, aprovecharon las aplicaciones móviles y la tecnología GPS para rastrear los casos sospechosos, lo que les permitió “establecer sistemas de alerta locales”. La efectividad de esta iniciativa quedó demostrada a principios de mayo, cuando se registró un nuevo brote de COVID-19 en el país, el cual fue rastreado y vinculado específicamente a un suburbio de Seúl, donde hay clubes nocturnos.
El segundo paso vital para controlar la pandemia, según los expertos, es la necesidad de reunir y analizar las investigaciones de países como Japón, Corea del Sur y China para comprender la naturaleza del virus.
“En este momento sabemos poco sobre el tiempo desde la infección hasta la recuperación”, señala Alistair McGuire, presidente de Economía de la Salud en el Departamento de Política de Salud del London School of Economics and Political Science. “Todavía hay mucho que aprender sobre la tasa de contacto”.
“No seas demasiado optimista”, advierte McGuire ante los resultados de la estrategia asiática. Un confinamiento exitoso no significa que área esté libre de nuevos casos de coronavirus. Por ejemplo, la región de Hokkaido, en Japón, fue de las primeras en imponer una cuarentena estricta a finales de febrero. En marzo, el número de contagios se redujo a uno o dos por día.
Esta situación les motivó a suspender el estado de emergencia y, a partir de abril, reabrieron las escuelas. No obstante, menos de un mes después, la región registró una segunda ola de infecciones. “Incluso en países que parecen haber controlado el brote, debido a que las condiciones se han relajado, la infección está comenzando a aumentar. Esto es algo que sucederá en todo el mundo”, sostuvo Rohn.
Los expertos insisten en que el eje principal de la lucha contra la COVID-19 son las pruebas. “Una de las razones por las cuales Corea del Sur fue tan efectiva para contener el virus es debido a su política agresiva de pruebas, rastreo y cuarentena”, resalta Rohn. El país desarrolló un sistema para realizar alrededor de 10.000 test diarios de forma gratuita desde febrero.
"La forma en que dieron un paso adelante y examinaron a la población fue realmente notable”, señaló a la BBC el Dr. Ooi Eng Eong, profesor y director adjunto del Programa de Enfermedades Infecciosas Emergentes en la Universidad Nacional de Singapur.
Los países que consideraron el enfoque de pruebas masivas de Asia, como Alemania, lograron mantener un bajo número de fallecidos, en comparación de otros que no siguieron esa estrategia, como Reino Unido y España. Asimismo, los lugares donde no se hayan realizado test y seguimientos masivos no contarán con datos esenciales para contener una segunda ola de infecciones.
Por otro lado, no es suficiente realizar el examen a quienes tienen síntomas, sino que es necesario monitorear a aquellos con los que tuvieron contacto. En Taiwán y Japón se han rastreado y aislado a los pacientes que han dado positivo y también a las personas con las que ha tenido contacto. Esto ha permitido identificar quién se ha contagiado, dónde y con qué rapidez se propagó la infección.
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“En esta pandemia, el sector de la salud ha demostrado que puede reinventarse y adaptarse rápidamente”, afirma Judit Vall, investigadora del Centro de Investigación en Salud y Economía de la Universidad Pompeu Fabra. China logró construir en Wuhan un hospital de 1.000 en solo diez días y demostró cómo planificar y tener hospitales de campaña.
Por otro lado, Vall destaca que también es fundamental “observar los efectos a corto y largo plazo de la salud mental en sus empleados”. La experta señala que “hay un estudio en Asia que muestra cómo después de situaciones como esta, los trabajadores de la salud pueden encontrar problemas relacionados con el estrés”.
“No existe una medida o táctica única que marque la diferencia” por sí sola, enfatiza Naoko Ishikawa, coordinadora de la OMS para la región de Pacífico occidental. “No se trata solo pruebas o aplicar el distanciamiento físico. Muchos de los países de esta región han hecho todas estas cosas, a través de un enfoque integral”, agrega.