
En las horas más íntimas antes de su fallecimiento, Mario Vargas Llosa encontró el impulso para despedirse de algunas de las personas más importantes en su vida mediante cartas manuscritas. Una de ellas, según revelaciones recientes, fue dirigida a Isabel Preysler, su expareja y compañera durante ocho años. Sin embargo, este último gesto de humanidad y cierre emocional nunca habría sido recibido por la socialité filipina.
La impactante revelación fue difundida por el periodista español Sergio Pérez en el programa 'Espejo público', donde confirmó que los hijos del Premio Nobel peruano bloquearon cualquier intento de acercamiento con Preysler, incluso después de la muerte del autor. Esta decisión familiar, cargada de tensiones no resueltas, habría silenciado para siempre el que sería uno de los mensajes más personales del escritor.
La existencia de esta carta de Mario Vargas Llosa dirigida a Isabel Preysler ha sido confirmada por fuentes cercanas a la familia, según indicó el periodista español. No se trataba de una misiva para reconciliarse, sino de una despedida serena, una forma de poner punto final a una relación que marcó profundamente su última etapa vital. Pero el contenido de esta carta permanecerá en secreto, según todo indica, por decisión directa de sus hijos: Álvaro, Gonzalo y Morgana Vargas Llosa.
Mario Vargas Llosa.
Lo que debió ser un acto íntimo y personal terminó atrapado en un conflicto de carácter familiar. De acuerdo con el testimonio recogido por Sergio Pérez, el mensaje fue vetado de forma unánime por los herederos del escritor, quienes mantuvieron una postura inflexible para impedir cualquier tipo de comunicación con Isabel Preysler, incluso durante los momentos más críticos de salud de su padre.
Este gesto no fue un hecho aislado. El mismo periodista reveló que los hijos del autor de 'La ciudad y los perros' se referían a la exesposa de Miguel Boyer con el término despectivo “esa señora”, evitando mencionar su nombre incluso en conversaciones privadas. Esta actitud confirma el deterioro total de las relaciones entre ambas partes y transforma la carta no entregada en una pieza simbólica de un legado emocional fracturado.
Desde su separación en diciembre de 2022, la relación entre Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler quedó envuelta en una narrativa de distanciamiento y desilusión. Aunque públicamente se mostraron discretos, el periodista español aseguró que los hijos del Nobel acusaron a Isabel de haberse apartado emocionalmente del escritor en un momento de creciente vulnerabilidad física y anímica.
Hijos de Mario Vargas Llosa.
Según informaciones compartidas por Sergio Pérez, los Vargas Llosa decidieron no permitir llamadas, visitas ni mensajes por parte de Isabel, ni siquiera cuando la salud del autor empezó a deteriorarse notablemente. Ahora, tras su fallecimiento, esa postura se mantendría firme, incluyendo la negativa a entregar la carta de Mario Vargas Llosa, que representa, según los expertos en su entorno, un documento de gran carga emocional y posiblemente literaria.
En contraste, otra de sus cartas póstumas, dedicada a su nieto Leandro, sí fue revelada y celebrada por su tono afectuoso y reflexivo. Esa disparidad ha despertado interrogantes sobre lo que realmente contenía el texto destinado a Isabel Preysler y qué razones motivaron su ocultamiento definitivo. Mientras una se convirtió en testamento de sabiduría, la otra permanece en la sombra, atrapada entre el deseo del autor y la voluntad de sus descendientes.
Desde la muerte de Mario Vargas Llosa, ocurrida el pasado 13 de abril, han circulado diversas versiones sobre la posible reacción de Isabel Preysler ante el fallecimiento del escritor. Sin embargo, su hijo Álvaro Vargas Llosa fue contundente al aclarar la situación en una entrevista reciente con el diario La Nación, donde negó que la socialité se haya puesto en contacto con la familia. Además, restó importancia a ese vínculo sentimental al señalar que representó apenas una etapa fugaz en la vida del autor.
La relación entre Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler comenzó en 2015 y estuvo constantemente bajo el foco mediático hasta su final en 2022. Desde entonces, los lazos entre Preysler y la familia Vargas Llosa se rompieron completamente. Incluso en los momentos posteriores al fallecimiento del Nobel, el entorno familiar mantuvo su distancia, dejando fuera a Isabel de cualquier instancia de despedida o condolencia.
“No hizo llegar sus condolencias, pero creo que es lo mejor. Esa etapa ya está superada; fue un capítulo breve en la vida de mi padre”, señaló el hijo del Nobel de Literatura a La Nación.

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