Carlos Carlín retornó al set de ‘Wantan Night’, que además está celebrando sus cinco años al aire a través del canal 6 de Movistar Plus. El actor y conductor revela detalles de su vida en el aislamiento. Asimismo, espera cristalizar un proyecto de ficción que tiene con Wendy Ramos para una plataforma.
¿Cómo vienes afrontando este proceso de confinamiento?
Los primeros días fueron de shock, pero ha sido y es un periodo importante para mí, porque ha sido de pausa, de replantearme cosas, de disfrutar espacios de mi casa y del silencio.
Imagino que igual debe haber sido difícil no poder abrazar a tu madre, por ejemplo.
Yo le llevaba todos los días en bici, a su casa de Barranco, la comida que prepara mi hermana. Entonces, la he visto a través de la ventana siempre. Fue cuando Magaly (Medina) me sacó, porque, claro, yo había puesto en el pase el rubro de cuidado de ancianos. Si bien mi trabajo no es cuidar ancianos, en este caso, estaba cuidando de mi madre. Igual ya no podré hacerlo porque empecé programa en el set.
¿Te dio temor volver al set después de trabajar todo este tiempo desde casa?
Tenía un montón de ganas de volver, además, los protocolos de seguridad del canson muy estrictos y trabaja un equipo mínimo de personas.
¿Qué es lo que esta nueva condición por la pandemia ha sumado a ‘Wantan Night’?
El mundo nos está ofreciendo la oportunidad de contactarnos con gente de otras partes del mundo, a través del Zoom, y tener un contenido mucho más atractivo y más ágil.
Como actor, ¿eres optimista o pesimista respecto al futuro de las artes en general?
La tranquilidad me la dieron Alberto Ísola y Roberto Ángeles, quienes me dijeron que en teatro hemos salido de situaciones peores. Recuerdo que cuando yo empecé con Roberto en el taller de actuación, era la época del terrorismo y las bombas. La gente no iba al teatro porque de pronto estabas en la función y escuchabas el bombazo. También me ha hecho bien entrevistar a gente que está haciendo cosas en otras plataformas. El teatro reaparecerá y también habrá otras formas para verlo.
¿Esto de las plataformas no le quita al artista esa magia del contacto con el público?
Nunca se va a comparar, es como leer un libro y ver la película del libro. Pero conversaba con Alejandro y María Laura (dúo peruano) y me encantó cuando me dijeron que en una sesión metieron a 15 mil personas, algo que no hubieran podido hacer nunca en un escenario normal, entonces en algún momento las dos cosas se podrían complementar.
El problema es para los artistas que viven del día a día...
Sí, es un tema terrible, pero esta crisis tiene que ser una invitación a formalizarnos en general, en todos los rubros, para convertirnos en una mejor sociedad a todo nivel y para demostrar que no somos una especie equivocada.
¿Crees, como algunos de tus colegas, que en esta crisis no se ha pensado en los artistas, como si se ha hecho en otros países?
Mi posición con la gente del arte siempre será cercana, pero vivimos en un país muy difícil. Creo que los gobiernos tienen cosas que atender, como alimentar, abrigar y darle salud a la gente. Eso no resta a la cultura, de ninguna manera, la cultura también va de la mano con el crecimiento del país. Pero el país es complejo. Por eso, es responsabilidad de nosotros los artistas impulsarnos a la formalidad, agremiarnos para buscar nuestros propios seguros y no tener que estar pidiendo a papá gobierno que nos ayude en situaciones como esta, porque o son incapaces o tienen otras cosas que atender.
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