Doña Ernestina, la mujer más longeva del Perú, cumple 102 años: "Tuve una infancia muy feliz"
Ernestina Díaz Lavalle ha celebrado su 102 cumpleaños en Lima y recuerda su infancia feliz en el distrito de Surco. Es madre de seis hijos y tiene una extensa familia de 42 descendientes.
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Ernestina Díaz Lavalle ha cumplido 102 años. Más de un siglo de vida ha transcurrido desde aquel 15 de agosto de 1923, día en que llegó al mundo en el distrito limeño de Surco, cuando la capital aún lucía con amplios terrenos de campo y no estaba completamente poblada. Es la segunda de ocho hermanos, tres hombres y cinco mujeres y su descendencia también es numerosa: 6 hijos, 15 nietos, 18 bisnietos y 3 tataranietos.
Doña Ernestina, como la conocen en el Centro Nacional de Salud Renal de EsSalud, recuerda sus primeros años de vida como una infancia feliz, pese a que sus 10 años perdió a su padre. Él falleció muy joven, pero los recuerdos con ella aún perduran en su memoria y corazón: "Tuve una infancia muy feliz ayudando a mi papá en la chacra que teníamos", recuerda.
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El peso de los años
Ernestina es una paciente diagnosticada con una enfermedad renal crónica hace cuatro años, por lo que, tres veces a la semana, recibe tratamiento de diálisis. A ello se suma su hipertensión y poseer un marcapaso. Sin embargo, los males no han sido un obstáculo para la adulta mayor, pues acude religiosamente a sus citas con el peculiar ritmo de sus zapatos de pequeños tacos.
“Acabo de cumplir 102 años. Tengo seis hijos, 15 nietos, 18 bisnietos y tres tataranietos. Soy la segunda hija de ocho hermanos: tres hombres y cinco mujeres. Ahora solo quedo yo y agradezco a Dios que me siga dando vida”, cuenta doña Ernestina. Como cada martes, jueves y sábado, ella acude por sus propios medios a la clínica contratada por el seguro social, ubicada en San Juan de Lurigancho.
Una vida dedicada al servicio de salud
Doña Ernestina recuerda que, tras la pérdida de su padre, siendo aún menor de edad, se dedicó a trabajar en casa de gente adinerada realizando labores de cocina y lavandería, hasta los 24 años que conoció a su esposo, con quien tuvo seis hijos. "(Los) saqué adelante con mucho esfuerzo y trabajo duro. Me siento bendecida, porque todos son buenos y tienen muchos valores”.
En 1962, cuando tenía 39 años, ocupó un puesto de trabajo en el departamento de Dietoterapia, Nutrición del Hospital Edgardo Rebagliati, entonces conocido como el Hospital del Empleado. Ernestina resalta el amor que sentí por su trabajo y la responsabilidad y cariño con que se dedicaba a sus pacientes: "Mi trabajo fue reconocido y hasta recibí un diploma en el auditorio principal”. Ya a sus 70 años, Ernestina se jubiló y actualmente vive de una pensión.
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