
La historia de un feminicida que mató a su nueva pareja en prisión
Mortal visita. Exsupervisor perforista, Henry Córdova Ambrosio estranguló a su conviviente durante una visita en el penal Río Negro, en Junín. Hace ocho años había asesinado a golpes a su esposa. Feminicida es histriónico, disocial e impulsive.
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Estaba preso por un feminicidio, y volvió a matar a una mujer. Henry Manuel Córdova Ambrosio (51), un exsupervisor perforista, que cumplía prisión desde el 2018 en el penal de Río Negro, en Satipo (Junín), ahorcó a su actual pareja durante la visita íntima y luego confesó el crimen.
Córdova contó una versión que en su mente quizás creyó que le serviría: que su amante de 40 años, le reprochaba que tuviera aventuras con otras chicas. Una historia machista de celos. Así, según el hombre, ella lo atacó primero. El cuerpo yacía en el camarote del recluso.
“Se me entró el diablo, la maté”. Hablaba de Estelita Romero Campos, su pareja. La habría matado apenas media hora antes de esa conversación con el director del presidio.
Ese día -2 de julio- el resto de los reos y sus familiares siguieron con su rutina de visita. Llegó el momento de las despedidas y los agentes del Inpe les pidieron a los presos que se formen en el patio para hacer el conteo correspondiente.
Allí se descubrió el trágico hecho. Eran las 15:20 horas cuando Henry Córdova, sentenciado a 18 años con cuatro meses de prisión por el delito de feminicidio confesó que mató a Estelita, ahorcándola en el ambiente N° 06 - segundo piso- pabellón de mínima seguridad.
Los investigadores estiman que el hombre aprovechó el momento de intimidad para tomar a la mujer del cuello para matarla. La rapidez del ataque no le habría permitido a la víctima gritar.
Estelita fue vista con vida poco antes de subir al segundo piso para asistir a la celda de su pareja. El miércoles la mujer había anunciado a su familia que volvería temprano ya que al día siguiente tenía que trabajar.
El primer feminicidio
Ocho años antes, el 10 de septiembre del 2017, Henry asesinó a su esposa en una vivienda de San Jerónimo de Tunán (Huancayo). La golpeó y luego, mientras imploraba piedad, le ahorcó con una soguilla de nylon.
Tras cometer el primer feminicidio, llamó a la policía y dijo que “se le había pasado la mano”. La comerciante había intentado defenderse, pero finalmente falleció tras agonizar.
En el juicio oral por ese asesinato, el psicólogo forense Carlos Ávila Benito presentó el protocolo de pericia Nº 003757–2018–PSC, donde se concluyó que el acusado tenía “personalidad histriónica, rasgos disociales, impulsividad y peligrosidad media”, según informó el medio digital Huanca York Times.
Henry Córdova nació en el seno de una familia pobre, donde su infancia, según su propio testimonio, fue un constante sufrimiento, lleno de abusos.
A pesar de su prontuario, de su extraña conducta y de los delitos graves que había cometido, insólitamente Henry logró permiso para pasar momentos íntimos con su pareja. Jamás tuvo custodia especial ni existían medidas judiciales que prohibían al agresor acercarse a ella. Y en los años que permaneció en prisión no hubo inconvenientes ni informes que indicaran revocarlos o suspenderlos.
Las pautas actuales le permitían visitas. El resto del tiempo que se encontraba en su pabellón, el condenado permanecía aislado.
Es el segundo caso
Este es el segundo caso en menos de siete meses. En Huancayo, ocurrió un hecho similar el 11 de diciembre del 2024, cuando el interno, Luis Jean Pierre Figueroa Bendezú (31), asesinó a su pareja Rosario Sánchez Domínguez (32) durante una visita conyugal en el penal de Huamancaca Chico.
Figueroa cumple condena por homicidio calificado, extorsión y tenencia ilegal de armas, delitos cometidos en Ica.
235 feminicidios en los último 17 meses
El país vive un estremecimiento repetido ante casos de agresión física contra mujeres, siendo muchos más los que quedan en el silencio impuesto o resignado de otras decenas de víctimas.
Este año, de enero al 31 de mayo hubo 65 casos con características de feminicidios y otras 117 tentativas, según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones vulnerables. En el 2024 se registraron 170 casos a nivel nacional.
A pesar de la insistencia de las autoridades a que presenten la denuncia para poner en marcha los mecanismos previstos para este tipo de delitos, la realidad confirma que aún quedan muchas barreras por superar.