De reconocida congresista a defensora de lenguas nativas en Perú: la historia de Hilaria Supa
Hilaria Supa Huamán, emblemática líder indígena en Perú, pasó de ser la primera congresista que juramentó en quechua a una incansable defensora de los derechos de las mujeres indígenas. Descubre aquí su historia.
Hilaria Supa Huamán ha pasado de ser una congresista reconocida a convertirse en una incansable defensora de los derechos de los pueblos indígenas y las lenguas nativas en Perú. Originaria de Huayllacocha, Huarocondo, Anta, Cuzco, Supa ha dedicado su vida a la lucha por los derechos humanos, especialmente los de las mujeres indígenas, y la preservación de la cultura quechua.
Supa, quien presidió la Federación de Mujeres de Anta (FEMCA), ha enfrentado críticas y ataques por su identidad y su defensa de los idiomas indígenas. Sin embargo, su firmeza y compromiso nunca vacilaron. Desde su juramentación en quechua como la primera congresista de origen andino en la historia del Perú en 2006 hasta su activismo en redes sociales como X (antes Twitter) para cerrar programas que consideraba denigrantes.
Motivada durante su niñez
La infancia de Hilaria Supa Huamán estuvo marcada por las enseñanzas y la lucha de su abuelo contra la explotación de los hacendados en su comunidad. Creció en Huayllacocha, Huarocondo, Anta, Cuzco, en un entorno donde las injusticias y la discriminación hacia los pueblos indígenas eran una realidad palpable. Desde joven, fue testigo de las desigualdades sociales y la falta de oportunidades que enfrentaban su comunidad y decidió seguir el ejemplo de su abuelo al convertirse en una voz para su pueblo.
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Premio a la Salud Global de la Mujer
Su lucha no ha pasado desapercibida. Recientemente, fue galardonada con el Premio de la Fundación Penn Nursing Renfield 2024 para la Salud Global de la Mujer, en reconocimiento a su dedicación de toda la vida en la defensa de los derechos de las mujeres indígenas en Perú, destacando su trabajo contra la esterilización forzada que sufrieron muchas mujeres indígenas a finales del siglo XX. La ceremonia de premiación se llevó a cabo el 13 de marzo de 2024 en el Auditorio Ann L. Roy en Fagin Hall.
Foto: difusión
Antonia M. Villarruel, decana de enfermería de Penn, elogió el compromiso de Supa con las mujeres pobres e indígenas y destacó su incansable lucha por la justicia y la atención a las afectadas por la esterilización forzada. Supa, por su parte, expresó que este premio representa la lucha de las mujeres quechuas esterilizadas por la justicia y el respeto, y que continuará ayudando a las afectadas a sanar y transmitiendo conocimientos sobre medicina, partería y derechos.
Proyectos a favor de las mujeres
El activismo de Hilaria va más allá de la lucha contra la esterilización forzada. Su centro de curación, Mosoq Pakari Sumaq Kawsay (Nuevo Amanecer para el Buen Vivir), combina la atención médica moderna con prácticas curativas indígenas, sirve como santuario para las víctimas y aborda una variedad de problemas de salud en las comunidades indígenas.
El Premio Renfield permitirá a Supa expandir sus servicios de salud a través de programas móviles en diversas provincias y distritos del estado de Cusco, con el objetivo de atender a la mayor cantidad posible de mujeres esterilizadas y embarazadas. Además, planea establecer conexiones internacionales con organizaciones de salud y fortalecer la interconexión entre la salud de las mujeres indígenas y la salud de la tierra, en un esfuerzo por combatir la violencia obstétrica y abordar los desafíos del cambio climático.