En enero el número de positivos COVID-19 prácticamente se duplicó en Cono Norte
Alto riesgo. Director de las Redes Integrales de Salud de Lima Norte, doctor Luis Valverde Olórtegui, advierte que al primer síntoma se debe acudir a un centro de salud y no esperar varios días, y así evitar que el enfermo se agrave y no encuentre cama en el hospital.
Al primer malestar, la persona debe dirigirse al centro de salud más cercano para un diagnóstico certero y no esperar el agravamiento. Pero no sucede así, por eso la enfermedad se expande con mayor rapidez y letalidad. Un ejemplo es lo que ocurre en el Cono Norte.
A diferencia de diciembre pasado, en enero el número de residentes del Cono Norte que acudió a un centro de salud para hacerse la prueba de COVID-19 creció aceleradamente. Solo en los primeros quince días de enero se hicieron 33 mil 247 pruebas, una cifra que supera a las 22 mil 465 pruebas que se aplicaron en todo diciembre.
En las dos primeras semanas de enero se registraron 2 mil 995 positivos, y se proyecta que al completar el mes los casos confirmados de infectados superen los 6 mil, prácticamente el doble que en diciembre, que registró 3 mil 113 positivos. Esto sucede porque el contagio es mucho más rápido, y porque las personas no toman sus precauciones.
“Si la saturación está entre 95% y 92% se puede atender en los centros de salud, pero si la saturación es menor de 92%, la persona debe ir a un hospital o a un centro de oxigenación temprana. La característica del paciente peruano -que ya parece cultural- es que al primer malestar no va al establecimiento de salud, si no que espera hasta el cuarto o quinto día que presenta síntomas, y recién actúa. Para entonces debe tomarse una prueba molecular mediante el hisopado”, explicó el director de las Redes Integradas de Salud (Diris) de Lima Norte, doctor Luis Valverde Olórtegui. Antes de la segunda ola, era rápido; ahora, el resultado tarda más.
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En diciembre, el Instituto Nacional de Salud (INS), que recibe las pruebas, demoraba entre 2 a 3 días. Hoy, con el incremento de pruebas a causa de la segunda ola, la demora es de un promedio de 7 días o a veces más.
“Cuando un paciente sospechoso de Covid llega a un centro médico se les hace el control de triaje, se brinda una charla educativa sobre los usos de medidas de protección, se toma el control de funciones vitales para luego pasar a la consulta médica donde se busca, además de confirmar la presencia del virus, los motivos por los que contagió. Es decir, el nexo epidemiológico: si tuvo contacto con contagiados Covid ya diagnosticados en casa o en su centro laboral”, explicó el doctor Luis Valverde.
Alerta. Los centros médicos locales son la primera línea de lucha contra el avance de la pandemia del COVID-19. Foto: difusión
En mayo pasado, se instaló en el estadio Ricardo Palma el Hospital de Apoyo Carabayllo, para responder al notable incremento de contagios. Hasta diciembre, tuvo 4 mil pacientes y mantuvo hospitalizados a 228. Y en enero, se hicieron 400 pruebas a sospechosos de infectados por COVID-19, lo que es un indicativo de que la segunda ola hará disparar estas cifras.
Lo terrible es que, en comparación con la primera ola, los enfermos que ahora llegan tienen más complicaciones. “En esta segunda ola lo que se ha agravado es el problema de insuficiencia respiratoria, es mucho mayor que en la primera. Antes los pacientes no se complicaban tan rápido, pero en enero tuvimos 8 hospitalizados, y por ser de primera línea, tenemos una cantidad limitada de oxígeno y no se puede cubrir a más pacientes. En caso de que la saturación baje y el paciente se agrave, son derivados a los hospitales Sergio Bernales o Cayetano Heredia”, dijo el jefe del Hospital de Carabayllo, Carlos Martinelli.
Centro Médico Santa Luzmila. Al primer malestar, la persona debe dirigirse al establecimiento más cercano. Foto: difusión
Atienden a 40 gestantes al día
En el hospital materno infantil de Santa Luzmila, Comas, entre el 80% y 90% de gestantes sale positivo en las pruebas. La mayoría es asintomática y no sabe cómo se ha contagiado.
“En noviembre solo eran 2 o 3 gestantes las que se acercaban para hacerse la prueba, en diciembre subió a 5 a la semana. Ahora son 40 pacientes diarios”, dijo la médico jefe encargada del centro, la doctora Lily Reyes Soria.
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