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Política

Gobierno cancela compra de helicópteros y decide repotenciar aeronaves rusas

Frente interno. La presidenta Dina Boluarte había anunciado la adquisición de nuevas máquinas, pero la confirmación de la presencia de El Niño hizo cambiar el plan y se ha preferido darle mantenimiento a la flota de fabricación rusa, además de adquirir dos aviones Boeing y dos Spartan. El conflicto ruso-ucraniano representa un problema.

Flota del ejército. La institución castrense cuenta con 23 unidades Mi-171Sh de fabricación rusa, cuyo mantenimiento programado según contrato quedó suspendido por la invasión a Ucrania. Foto: difusión
Flota del ejército. La institución castrense cuenta con 23 unidades Mi-171Sh de fabricación rusa, cuyo mantenimiento programado según contrato quedó suspendido por la invasión a Ucrania. Foto: difusión

El proceso de adquisición de 12 helicópteros, que llevaba adelante la Fuerza Aérea del Perú por un monto de US$193 millones, fue suspendido definitivamente. El dinero será destinado a un programa de repotenciación de la flota de fabricación rusa de aeronaves que posee las Fuerzas Armadas.

El proyecto del Ejecutivo incluye la compra de dos aviones de transporte Boeing de segundo uso y dos aviones de transporte Leonardo C-27J Spartan, que se sumarán a las cuatro unidades que opera la FAP, por los que se pagaron más de US$241 millones entre 2013 y 2014.

El 15 de marzo de este año, luego de evaluar los daños causados por las lluvias y anunciar la declaratoria de emergencia por los desastres, la presidenta Dina Boluarte informó que había dispuesto otorgar un presupuesto para el Ministerio de Defensa destinado a la adquisición de helicópteros. La jefa de Estado había sido notificada de que la flota de este tipo de aeronaves era insuficiente para atender las emergencias y que se requería aumentar el número.

Sin embargo, el Ejecutivo cambió de opinión luego de recibir informes de que la compra de helicópteros tomaría demasiado tiempo y que no estarían disponibles para las eventuales consecuencias del fenómeno de El Niño, que tendría un impacto desastroso.

La empresa italiana Leonardo, cuyo modelo AW 139M había obtenido el mejor puntaje durante el proceso de selección de la FAP, ofreció en préstamo dos unidades para sumarse a las labores de emergencia. Pero el Gobierno había resuelto que era preferible financiar la repotenciación de las aeronaves de fabricación rusa, de acuerdo con fuentes del Ejecutivo y del Ministerio de Defensa consultadas por La República.

“Si compramos los helicópteros, estos llegarían muy probablemente después del evento climático El Niño, y lo que se requiere con carácter de urgencia es estar preparados con material aeronáutico para el transporte de pasajeros y de carga. Esta es una decisión adoptada luego de la experiencia vivida por el paso del ciclón Yaku”, indicaron las fuentes.

“Para atender la eventual emergencia por el fenómeno de El Niño lo más razonable es activar los procesos en curso, como la compra de los aviones Boeing y Spartan”, precisaron las fuentes con conocimiento del caso.

Se hizo referencia a que el Gobierno de Canadá, por intermedio de la Corporación Canadiense de Comercio, ha propuesto a la FAP la venta de dos aviones Boeing 737 NG por US$45 millones. El Ejecutivo considera que este proyecto permitirá que la FAP cuente en corto plazo con ambas aeronaves porque se encuentran disponibles.

La FAP estaba en proceso de incrementar su flota de aviones de carga Spartan y necesitaba la confirmación de la transferencia de recursos del Ministerio de Economía y Finanzas, cuando se presentó la situación de emergencia.

Como las negociaciones con la compañía Leonardo se encuentran avanzadas, el Ministerio de Defensa considera que es una mejor opción cerrar un acuerdo con la empresa italiana y darle continuidad a la incorporación a las aeronaves Leonardo, que ha registrado positivos resultados con la FAP desde que llegaron en 2015.

Sin embargo, la repotenciación de la flota de helicópteros de fabricación rusa, con que cuentan los tres institutos castrenses, es un tema más polémico y complicado.

En operaciones. Según el Ministerio de Defensa, se comprarán dos unidades más de aviones Leonardo C-27J Spartan para la FAP. Foto: difusión

En operaciones. Según el Ministerio de Defensa, se comprarán dos unidades más de aviones Leonardo C-27J Spartan para la FAP. Foto: difusión

Cuando las tropas de la Federación Rusa invadieron Ucrania el 24 de febrero de 2022, fueron suspendidos los contratos que las empresas estatales de ambos tenían con las Fuerzas Armadas del Perú, como el mantenimiento de helicópteros Mi-25 y aviones Antonov.

En realidad, las dificultades se iniciaron en 2014, cuando los rusos se anexaron Crimea. Para evitar los embargos y las sanciones, los rusos recurrieron a la triangulación con Bielorrusia para continuar su relación, en este caso, con los institutos armados peruanos. Pero la situación cambió en 2022, ya que Bielorrusia se sumó al conflicto con Ucrania, por lo que las sanciones también alcanzaron a este país.

Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional cuentan con una flota de 68 helicópteros Mi-8, Mi-17, Mi-25, Mi-35 y Mi-171Sh. Las fuentes del Ministerio de Defensa explicaron que se encuentra en evaluación si el programa de repotenciación y mantenimiento será para todas las unidades o a una parte de las mismas.

Reconocieron que el conflicto de la Federación Rusa con Ucrania causa dificultades para contratar directamente con las compañías rusas, pero que se estudian otras alternativas para el suministro de componentes, repuestos y reparación.

Las fuentes indicaron que las Fuerzas Armadas cuentan con experiencia en la adquisición de estos equipos a empresas de otros países, que trabajan bajo licencia de los fabricantes rusos.

Un exministro de Defensa que cumplió funciones recientemente, quien aceptó hacer comentarios siempre que se mantuviera en reserva su identidad, indicó que durante su gestión había recibido información sobre la situación de la flota de helicópteros de fabricación rusa.

“La perspectiva de no contar con la cadena de suministro del fabricante al usuario se entrevió desde el momento en que el conflicto entre la Federación Rusa y Ucrania entró en una fase de escalamiento en 2014, con la anexión de Crimea, lo que empeoró la invasión de 2022”, arguyó la fuente.

“La matriz de la flota aérea es rusa, por lo que se planteó iniciar un proceso de cambio con aeronaves de otra procedencia, según las necesidades de nuestras Fuerzas Armadas. Nadie sabe cuándo va a terminar el conflicto entre los rusos y ucranianos. Y, conforme pasa el tiempo, otros países han comenzado a sumarse. Las aeronaves si no cumplen con sus programas de mantenimiento, ‘overhaul’ o repotenciación, difícilmente cumplirán con su misión. La emergencia por los desastres naturales obliga a soluciones inmediatas, es cierto. ¿Y después? ¿Vamos a esperar que termine la guerra?”, dijo.

Asistencia. Operaciones recientes durante la emergencia. Foto: difusión

Asistencia. Operaciones recientes durante la emergencia. Foto: difusión

Y añadió: “El peligro de recurrir a empresas intermediarias es que podrían ser pasibles de las sanciones económicas de los Estados Unidos y la Unión Europea por comerciar con productos rusos. El riesgo es muy alto”.

La Agencia de Compras de las Fuerzas Armadas (ACFFAA) ha efectuado adquisiciones de componentes rusos a otros países, dijo un ex alto funcionario de esta entidad consultado por La República, aunque advirtió que lo recomendable es contar con la participación del fabricante.

“Los usuarios de los componentes son muy exigentes porque no solo está en juego conseguir el 100% de la capacidad de una aeronave, sino también la vida de los tripulantes”, manifestó la fuente.

Mencionó que los rusos han otorgado licencias de fabricación a empresas de la República Checa, Lituania, Azerbaiyán e, incluso, India.

“Sin embargo, siempre será preferible asegurarse las licencias proporcionadas por los fabricantes. Eso es algo que se complica mucho con el conflicto entre rusos y ucranianos”, señaló el ex alto funcionario de la ACFFAA

En 1996, en el contexto del conflicto con Ecuador, el régimen de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos compró 36 aeronaves de guerra MiG-29 y Sukhoi Su-25 a Bielorrusia a pesar de las advertencias de que este país no era el fabricante.

La Federación Rusa —que también había ofertado las mismas aeronaves— comunicó al Perú que si le compraba a Bielorrusia, no le daría el armamento, mantenimiento y los componentes que requerían sus MiG-29 y Su-25. Los rusos cumplieron con la amenaza. Fujimori y Montesinos se vieron obligados a comprar a los rusos tres aviones MiG-29-SE nuevos para restablecer relaciones, así como obtener componentes y mantenimiento para las aeronaves adquiridas a los bielorrusos. Salió más caro no adquirir a los fabricantes.

Las fuentes del Ministerio de Defensa señalaron que la actual situación es diferente. En todo caso, los rusos dirán algo cuando participen en el IX Salón Internacional de Tecnología para la Defensa y Prevención de Desastres (Sitdef), que se inicia este 18 de mayo, en el Cuartel General del Ejército.

Ucrania pidió a Perú que le venda material bélico ruso

El Ministerio de Defensa rechazó solicitudes de autoridades de Ucrania para que les vendan equipamiento bélico de fabricación rusa, entre artillería y defensa aérea.

De acuerdo con fuentes del sector consultadas por La República, Ucrania preguntó reiteradamente sobre la disponibilidad de obuses de 122 mm y cañones de 130 mm, además de los misiles antitanques 9M133 Kornet, munición de diverso tipo y vehículos blindados. Todo este material de origen ruso con que cuentan las Fuerzas Armadas.

También llegaron ofrecimientos de empresas norteamericanas, intermediarias de los ucranianos, interesados en los tanques T-55, comprados a la Unión Soviética en los años 70, y los aviones de combate MiG-29, que vendió Bielorrusia en 1996.

Por intermedio de la Cancillería, el Gobierno peruano rechazó los ofrecimientos porque no deseaba involucrarse en el conflicto.

Fundador y jefe de la Unidad de Investigación. Estudió en la UNMSM, ha culminado una Maestría en su especialidad y enseña Periodismo de Investigación en la UPC. Es integrante del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés). Es corresponsal del diario argentino Clarín y de la revista mexicana Proceso.