Política

Centroderecha en busca de consenso y novedad electoral

Hacia el 2024. Un sector, con voceros más visibles en APP, impulsa el proyecto de una coalición, pero otros liderazgos van con sus propias agrupaciones hacia la futura competencia.

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Los partidos y líderes políticos de centroderecha vislumbran un camino electoral hacia el 2024 en el que el consenso y la novedad serán claves para tentar la Presidencia de la República.

El economista y excandidato presidencial Hernando de Soto, que quedó cerca de pasar a segunda vuelta el 2021, conversa con varios grupos políticos con miras a posibles entendimientos para incursiones electorales. No integra partido desde que renunció a Avanza País hace un año, grupo con el que postuló.

“De Soto es una opción que me gusta personalmente, tenemos conversaciones y una amistad, pero la decisión de si va con nosotros es del colectivo en mi organización”, dice Álvaro Paz de la Barra, presidente del partido Fe en el Perú.

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En Alianza para el Progreso (APP), se ha tomado la misión de buscar una candidatura de consenso de la centroderecha. Aunque un sector ve a Richard Acuña, excongresista e hijo del líder del partido, como posible carta, el dirigente apepista Luis Iberico descarta ese opción.

El congresista Roberto Chiabra, elegido con APP pero distanciado de los apepistas, está en proceso de formar un partido llamado Unidad y Paz. Buscan una oferta novedosa, apelando al pasado militar de su líder, especialmente su participación en el conflicto con Ecuador.

Podemos Perú mantiene al exparlamentario Daniel Urresti como su carta preferente, pese a sus derrotas en dos elecciones municipales y una presidencial.

El empresario Carlos Añaños muestra interés en incursionar en política, pero fuentes de su entorno alegan que podría sumarse a apoyar una candidatura afín. En el 2021 fue anunciado por De Soto como posible integrante de su plancha presidencial, pero eso no se concretó.

El Partido Popular Cristiano (PPC), otrora marca tradicional en el espectro de la centroderecha en el país, está en un intento de volver a inscribirse en el JNE. Su último candidato presidencial, el excongresista y conocido periodista Alberto Beingolea, dejó la agrupación y la política.

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Reflexiones

“La centroderecha tiene posibilidad si la correlación de fuerzas permite impulsar liderazgos que canalicen demandas especialmente de sectores urbanos. En las elecciones regionales, las posturas de derecha tuvieron un espacio político fortalecido por la eventual performance del gobierno de Castillo, sobre todo en Lima Metropolitana y en el interior urbano”, dice la politóloga María Melgar, de la universidad de San Marcos.

“El voto mayoritario en el Perú no es ideológico. Un candidato de centroderecha, si logra tener un anclaje popular sin colisionar con su discurso para la clase alta, puede pasar a la segunda vuelta y allí se resuelve por el adversario”, sostiene Luis Benavente, de Vox Populi.

El antecedente Castillo también marcas las oportunidades.

Luego de la performance alcanzada por la administración Castillo, es indudable que en el país se ha producido un inmejorable escenario para la centroderecha. Su éxito dependerá de satisfacer las demandas históricas del Perú profundo y hacer sentir los beneficios del modelo a esos compatriotas, que no pudo materializar Castillo, desbordado por intereses subalternos”, aduce el consultor político Richard Tapia, director del Instituto Peruano de Comunicación Política (Ipecop).

“En ese espacio, aún no se distinguen figuras nítidas que puedan canalizar y aprovechar aquel escenario”, asegura.

El dato

Un 37% de los ciudadanos en el país se identifica con posiciones políticas de centro y un 36% con posturas de derecha, según la última encuesta nacional del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), realizada este mes.