Gladys Echaíz: “En los casos de militares, cuando hubo pruebas, nunca toleré los excesos ni los abusos”.
La congresista Gladys Echaíz habla en esta entrevista de los últimos proyectos aprobados en el Pleno del Legislativo, como la amnistía para militares y policías y el regreso de la figura de la inmunidad parlamentaria, causas que respaldó con su voto y que han sido criticadas. Asegura que no tuvo problemas cuando pidió información a los institutos armados por casos de violaciones de derechos humanos y reconoce que la amnistía extingue la “capacidad punitiva del Estado”, aunque se trate de personas culpables.
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Terminó la legislatura y empieza este periodo de especulaciones en los que uno trata de saber quién será finalmente el presidente del Congreso. Y como siempre, su nombre aparece entre los candidatos.
Lo he visto por ahí
¿Será este su momento?
Ya se me ha hecho rutinario que cada vez que va a haber un proceso electoral, por ahí aparezco. Pero la verdad es que hasta este momento acá hemos tenido tantas preocupaciones, tantos temas complejos que analizar, que por lo menos yo no me he puesto a pensar qué viene mañana. El que menos ha corrido a sus provincias, seguramente tienen temas pendientes, y yo también estoy pensando salir corriendo a mi tierra, porque también tengo temas pendientes por allá, pero de orden familiar. Así es que todavía no se ha conversado, que yo sepa, sobre el tema de las candidaturas. Es probable que los voceros de los partidos políticos ya estén en eso.
Hay quienes dirían que usted tiene cierta ventaja porque, como empieza paralelamente la campaña electoral, algunos partidos preferirían tener un representante, que no milite en un partido, como usted, para que no sean asociados con la Mesa Directiva.
Bueno, es que el Congreso tiene una serie de problemas, y los reflectores siempre se ponen sobre quién administra la institución y la Mesa Directiva. Y ya hemos visto todos los temitas que han ido saliendo, y en este momento hay una serie de situaciones que quedarían pendientes por arreglar. Supongo, si se hace un análisis político partidarista, que se estará viendo lo que es más conveniente para ellos y evitar cualquier tipo de fisuras, de problemas, que puedan afectar sus simpatías electorales.
Y ahí entran las figuras independientes
No lo sé, hay varios acá, hay varios independientes y muchos aspirantes a la mesa. Yo lo intenté una vez. Me di cuenta de que el tema es bastante político.
Un Congreso de proyectos declarativos
¿Se sintió respaldada plenamente cuando postuló a la presidencia?
En realidad, yo fui invitada por dos grupos para ir en una lista: Renovación y Avanza País. Pero luego analizamos que el tema era de votos, de números, y que no los teníamos. Sin embargo, estábamos empezando y desde mi punto de vista era necesario saber con quién se podía trabajar, qué visión de país tenían o qué aspiraban lograr a lo largo de estos cinco años. Y estas elecciones son un poco especiales, nadie presenta planes ni proyectos ni nada, simplemente se escriben las listas y se va a votar.
La elección de la presidencia del Congreso es una elección sin oferta.
Digamos, más o menos, hasta donde yo vi en la vez que me presenté. En los años posteriores no sé. Se han conglomerado en varias bancadas, han formado incluso unos bloques parlamentarios y en base a eso negocian. Yo no sé si en esa negociación se ponen sobre la mesa temas importantes del país, porque no pertenezco a ninguno de los dos. Y hemos continuado en la rutina de los proyectos que se aprueban en las comisiones y de lo que la Mesa Directiva va considerando como prioritario. ¿Y que yo haya visto algo que esté dirigido a solucionar un tema del país con una visión de futuro? No, no lo he visto.
¿En ninguna mesa de las que has visto hasta ahora?
No, porque sencillamente se han limitado a poner a debate los temas que aprueba el consejo directivo. Y el consejo directivo muchas veces ha privilegiado los proyectos declarativos, como creación de universidades, y eso no tiene nada que ver con una visión del país. Más aún, si esas universidades no se han creado con una opinión favorable del Ministerio de Educación o con una opinión favorable de Economía o con los estudios de las zonas donde estarían ubicados para ver cuál es la densidad poblacional, o cuál es lo que demanda de esa circunscripción geográfica.
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La amnistía para militares y policías
Hablemos un poco de las decisiones que se han tomado en estos días. Votó a favor de la ley de amnistía para militares y policías.
Sí.
Vi su exposición en la Comisión de Constitución a favor de la norma. Y ahí decía que la justicia no es odio ni venganza. Me preocupó esa afirmación porque eso hace suponer que frente a los policías y militares hay un grupo de odiadores que los está persiguiendo permanentemente, cuando en realidad hay víctimas de casos concretos de violaciones de derechos humanos cometidas por malos elementos de las Fuerzas Armadas.
Y nosotros no estamos propiciando la amnistía de los malos, porque estos ya fueron condenados.
Pero hay decisiones en curso todavía.
¿Treinta años, cuarenta, veinticinco, quince?
Que las víctimas están esperando, ¿verdad?
Yo partí diciendo quiénes son las víctimas, ¿no? Si realmente eran las víctimas de los excesos policiales, o si habían sido víctimas de lo otros grupos armados, como fueron Sendero y el MRTA. Porque también hubo ejércitos de gente armada que tenía una finalidad, que era tomar el poder. Por eso hemos hablado de terrorismo y de alteración del orden interno del país. En el caso de ellos los procesos siguieron, se avanzó con las pruebas en la mano -y se lo digo porque yo he sido parte de las instituciones del sistema de justicia-, se les condenó primero, apelaron, la corte anuló los procesos porque dijeron que se había violado el debido proceso al haber tenido jueces sin rostro y que todo eso era contra los derechos humanos, y se volvió a empezar. Y al volver a empezar, en algunos casos se encontró más pruebas. Yendo a los museos que tenía la Policía nos encontramos con lo que objetivamente acreditaba responsabilidad. Y se volvieron a emitir las condenas y esos procesos terminaron, con condenas o absoluciones terminaron. Y en algunos casos se invocó y se aplicó la prescripción ordinaria.
Pero ustedes no están buscando prescripción, están buscando amnistía.
Es que es lo mismo. Yo te prescribo, aunque seas culpable, porque se ha extinguido la potestad punitiva del Estado. O sea, el Estado ya carece de la facultad de condenar porque con el decurso del tiempo no lo hizo, por negligencia, incuria, lo que usted quiera, pero no lo hizo. Y de acuerdo con el derecho, procede la prescripción. Y ahí están las normas penales. Entonces, si yo me pongo en el artículo segundo de la Constitución Política, de que todos somos iguales ante la ley, ¿por qué con el decurso del tiempo no han querido aplicar la prescripción del otro lado? Porque se invocó por parte de los defensores de las víctimas, en plural, que aquí había habido genocidios, que aquí había violación de los derechos humanos...
¿Usted lo pone en duda, doctora?
Estoy hablando de los argumentos que se utilizaron para evitar la prescripción. Y si nosotros, aplicamos fríamente las normas, tendríamos que ver si esas figuras existían o no como tipos penales en los momentos en que se produjeron los hechos. Para algunos sí, para otros no. Bueno, se dieron una serie de situaciones y se ha ido alargando el tiempo, y algunos siguen siendo perseguidos y han muerto otros, y la edad les va ganando y la justicia sigue procesándolos. ¿Qué podemos hacer si ponemos en la balanza dos situaciones? Si los militares no hubieran intervenido y hubieran dejado, como ahora, que vaya creciendo el problema y que, bueno, hubiera tomado la conducción del país o el uno o el otro.
Entiendo su posición. Nadie reprocha a las Fuerzas Armadas, al contingente principal de las Fuerzas Armadas, haber intervenido en la guerra contra el terrorismo. Es lógico que tuvieran que hacerlo representando al Estado. Y hubo actos heroicos. Pero también hay hechos concretos...
Y nadie lo niega. Yo no lo niego. Es más, yo he participado en estas cosas.
Y a esos los quieren amnistiar, doctora.
No, no conozco algunos de los casos, porque sencillamente dice “procesos que hayan transcurrido desde la comisión de los hechos, tanto tiempo sin que se haya logrado una condena”. Ahora, la pregunta es, ¿por qué? Yo estando adentro le voy a decir que había casos donde se hacían imputaciones graves, pero no había pruebas, y siempre se iban poniendo por debajo. Especialmente en el poder judicial.
Se iban retrasando.
Sí.
La información solicitada al Mindef
Hablemos de eso porque el tiempo es un factor importante en esta ley. Usted ha sido Fiscal de la Nación.
Así es.
¿Usted diría que el Ministerio de Defensa contribuyó a tiempo y siempre con los pedidos de información que se requerían en casos de violaciones de derechos humanos?
Mire, yo, en el tiempo que fui (fiscal) provincial, las investigaciones pasaron con lo que teníamos.
¿No iban completas?
Con lo que teníamos, porque era difícil. Entrábamos a un registro domiciliario y se encontraba documentos, pero con jeroglíficos, que se aprendieron a leer y a traducir. Pero los jueces decían: ¿Y cómo sé yo si efectivamente ahí dice lo que ustedes dicen? Y los hechos que se imputaban eran graves. Entonces, soltaban a la persona con las consecuencias que, bueno, recaían sobre los investigadores, sobre los fiscales.
Habla de casos de terrorismo.
Sí. Y en el caso de los militares, nosotros encontramos pruebas, los denunciamos y nunca fuimos tolerantes con el exceso ni con el abuso. Ni contra las violaciones, ni contra aquello que no haya tenido, digamos, alguna justificación. A mí me dicen que en el Centro se dieron muchas cosas. Bueno, yo he trabajado en Lima, y en Lima la cosa era diferente. Seguramente que allí se han producido muchos excesos. Y eso sí se ha investigado. Pero hasta cuándo.
Porque los institutos armados no acercaban la información que la justicia requería.
¿Pero qué información pueden dar los institutos? Cuando nosotros investigamos, qué pedíamos, bueno, el grado, quiénes eran, su nombre.
Nombres, claro.
Bueno, en mi caso nunca tuve ese problema.
Los atentados contra la casa de Echaíz
Me llamó la atención que en su exposición comentara que usted misma había sido víctima de amenazas. ¿Qué pasó?
Fue un atentado, el primero. Yo viajé a Chiclayo, porque era fin de año. Y el primero de enero, para amanecer, a las 2 de la mañana, en mi casa de Pimentel…
¿Su esposo era alcalde en ese momento?
Diputado. Bueno, yo tenía ventanas en los dormitorios, hacia la calle, y en cada ventana del dormitorio pusieron bombas. Entonces explotó la primera, en mi dormitorio, pero mi esposo en ese momento estado descansando en la sala. Y en una reacción abrió la puerta de la calle, salió, dio la vuelta, y vio que en la ventana del dormitorio de mis hijos había otra bomba. Cogió un palo y la arrojó a la mitad de calle, y se hizo un forado inmenso. Si eso hubiera hecho explosión en mi casa, no estaríamos hablando ahorita.
Entiendo, eso también condiciona un poco su posición.
No, fíjese que no. Porque yo sé quiénes fueron los que nos condenaron a muerte. Y hoy son mis amigos.
Vaya.
Y eran nuestros amigos. Tampoco fueron condenados por eso. Pero bueno, en mi filosofía y en la de mi familia, que Dios se encargue. Después de eso, yo he seguido trabajando en los casos de terrorismo. Y nadie puede decir que yo me excedí en alguno de esos.
Hablando de los hechos políticos del pasado. Los que menos la quieren siempre la vinculan al Partido Aprista. ¿Qué piensa de eso?
Eso pasa por algo que no sé si usted defiende.
A ver.
Porque en general siempre se cree que el hombre es el dominador. Y lo que el señor dice, los demás hacen.
Hay que hacer el paréntesis de que su esposo era militante del Partido Aprista.
Y que, si mi esposo era militante del partido, pues la esposa también tenía que serlo, ¿no? Y los hijos, indudablemente.
¿Sus hijos son apristas?
No. Son apolíticos todos. Y desde el comienzo, cuando me conocieron, y se enteraron de quién era mi esposo comenzaron a decir primero apro no sé qué. Cuando ya se vino el caso Fujimori, me dijeron aprofujimorista. Siempre me iban aumentando un nuevo adjetivo.
La ironía es que usted llegó al congreso con Alianza para el Progreso. Que es el archirrival del APRA en el norte del país.
Lo que confirma que yo era apolítica. No pertenecí a ningún partido político. Pero sí soy amiga de muchos políticos, de todas las tiendas. En mi facultad casi todos eran de izquierda. Soy muy amiga de mucha gente izquierda y de ultra izquierda. Y yo no pensaba, digamos, incursionar en la política, pero, como comprenderá, yo tengo una inquietud sobre el sistema de justicia.
Por su experiencia.
Por mi experiencia, por lo que he visto, por lo que no se pudo hacer como reformas internas. Entonces, cuando me hablaron de esto, yo dije: ¿Y qué hago ahí? Lo único que podría hacer es tener la oportunidad de lograr el sueño de la justicia. Y les respondí: Si tienen interés en el tema convérsenlo y me avisan. Entonces se planteó y cuando conversé con una persona, me dijo que estaban de acuerdo, que les interesaba el tema…
La convenció un Acuña
Yo solamente hablé con don César.
Hablemos de otra decisión de estos días. También ha respaldado el retorno a la inmunidad parlamentaria.
Sí
¿Por qué? ¿Siente que el sistema no los protege con eficiencia? Tienen antejuicio, tienen abogados contratados por acuerdos de la mesa directiva.
Eso es general. No es un patrimonio de los congresistas, a todos los funcionarios públicos les pagan abogados cuando en ejercicio de su función están envueltos en algún proceso.
Por eso mismo parece que estuvieran muy bien protegidos.
No es eso, mire. Yo no sé por qué eliminaron la inmunidad parlamentaria, pero sí recuerdo haber visto del otro lado la irresponsabilidad con la que se manejó esa institución jurídica. Cuando un congresista tenía un problema, que no fuera delito de función, se pasaba para que le levanten la inmunidad y eso dormía el sueño de los justos. No lo veían, impedían que se continuara con la investigación o con el procesamiento judicial.
¿No va a pasar lo mismo ahora?
No. Lo que se ha dicho ahora es que hay que evitar esas cosas y la exposición en la que ha quedado el congresista de ser procesado e incluso perseguido por sus enemigos políticos, sin que haya alguien que fiscalice que lo que se dice de él es verdad, o si se ha construido un caso para eliminarlo y privar al Congreso de uno de sus miembros. Y se ha puesto en la norma que, si a un congresista lo descubren en flagrancia, lo ponen a disposición de la Comisión Permanente en 24 horas, que debe resolver el caso. Y en el supuesto que no lo hiciera, procede el silencio positivo, y la Fiscalía o el juez pueden llevárselo detenido.
¿Usted cree que un ciudadano de a pie, que tiene la idea de que este Congreso está desacreditado, va a entender toda la explicación que me ha dado? Lo que se ve es que se han blindado un poco más.
Sí, es lo que se ha vendido.
Pero usted misma ha dicho que los casos de los congresistas se prolongaban más de lo necesario.
Por eso eliminaron la figura. Pero, fíjese, si un fiscal comete un delito común, lo apresan y no lo pueden llevar detenido, tienen que ponerlo disposición de su superior. Y si a un congresista, que es un aforado, lo privan de eso, aquí ya no estamos actuando conforme a la estructura de la Constitución.
En la gestión del señor Castillo, usted puso especial interés en que él fuera vacado, por todos los errores que cometió y por su intento de golpe de Estado.
Bueno, ese fue el corolario.
Claro, pero no ha pasado lo mismo con la señora Boluarte, a pesar de que ha dado varias versiones sobre las acusaciones en su contra, y además está la sospecha de abandono de cargo por las cirugías que se hizo, ¿por qué este doble rasero?
No es doble rasero. Mire, cuando se advirtió que el señor Castillo estaba incursionando en actos de tipo penal, acá se presentaron dos solicitudes de vacancia, pero no hubo los votos porque se exigían pruebas. De pronto, nos dimos cuenta que las pruebas estaban en una indagación que estaba haciendo la Fiscalía. Luego de eso, él decidió ponerse al margen de la Constitución, y en esa oportunidad lo sacamos. Ahora, en el caso de la señora estamos hablando de varias cosas que incomodan.
¿Qué es lo que la incomoda de la presidenta?
El que no diga la verdad nos genera duda en las demás cosas que nos pueda decir. Son cosas triviales, si usted quiere. Pero además tiene una posición un poco soberbia, al enfrentarse con los demás y olvidándose de su cargo, de lo que representa. Pero yo no tengo noticias de que la señora haya incursionado en temas de corrupción.