Bulgaria se levanta contra la corrupción y fuerza la renuncia del Gobierno a días de adoptar el euro como moneda oficial
Las protestas en Bulgaria crecieron por el rechazo al presupuesto de 2026 y por reclamos que exigieron reformas judiciales y mayor transparencia.
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El primer ministro de Bulgaria, Rosen Zhelyazkov anunció la renuncia total de su gabinete después de semanas de movilizaciones que exigían su salida por acusaciones de corrupción y ausencia de reformas estructurales. Las convocatorias reunieron a decenas de miles de personas en diversas ciudades y presionaron a una coalición sin mayoría parlamentaria, que ya había enfrentado seis mociones de censura en menos de un año. El anuncio ocurrió horas antes de una nueva votación en la Asamblea, donde diversos partidos buscaban forzar el fin del Ejecutivo.
La dimisión se produjo a pocos días de la adopción oficial del euro como nueva moneda nacional, un proceso que mantuvo su calendario según autoridades europeas. El país quedó en un escenario de indefinición, con el presidente Rumen Radev a cargo de decidir entre un Gobierno técnico o comicios anticipados, después de siete elecciones generales en cuatro años.
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¿Qué factores políticos y sociales provocaron las protestas que forzaron la dimisión del Gobierno búlgaro?
El origen de las protestas se relacionó con el primer proyecto de presupuesto elaborado en euros para 2026. El documento incluía incrementos tributarios y mayores cotizaciones, lo que generó un rechazo amplio en distintos sectores. Aunque el Ejecutivo retiró la propuesta tras los primeros reclamos, las concentraciones continuaron con mensajes que exigían una renovación institucional más profunda.
Las movilizaciones contaron con una participación significativa de jóvenes de la Generación Z. Las consignas aparecieron en pancartas y en proyecciones sobre fachadas de edificios públicos. Entre los mensajes más repetidos destacaron “Dimisión”, “Fuera la mafia” y “Por unas elecciones justas”. Un manifestante identificado como Dobri Lakov declaró: “No se puede arreglar el país sin arreglar antes la justicia. Si se reforma el Poder Judicial, lo demás caerá por su propio peso”. La desconfianza en la clase política creció debido a señalamientos sobre vínculos entre estructuras estatales y oligarcas con influencia en sectores judiciales, económicos y mediáticos.
Desgaste y desconfianza: las figuras que concentraron el rechazo de los manifestantes
El oligarca, Delyan Peevski, sancionado por Estados Unidos y el Reino Unido por corrupción, mantuvo influencia en el sistema judicial, en los servicios de seguridad y en sectores estratégicos de la economía. Su cercanía al partido GERB se convirtió en uno de los puntos que intensificaron el malestar en las calles, donde se señalaba su capacidad para intervenir en decisiones estatales clave. La presencia política del ex primer ministro Boiko Borisov también alimentó las críticas, debido a su peso dentro del mismo partido y a su rol en las estructuras de poder mencionadas por distintos analistas.
Las protestas incluyeron mensajes dirigidos de manera explícita a ambos líderes. Las marchas incorporaron frases como “¡Dimisión! Fuera Peevski y Borisov del poder”, además de proyecciones luminosas en edificios públicos con consignas que denunciaban su influencia. Una encuesta citada en el texto indicó que el 82% de los consultados expresó la necesidad de un cambio en el modelo de gobierno, con referencias a la renovación de liderazgos y a un sistema judicial más eficaz.






















