Esta es la razón por la cual Rusia no ha sufrido grandes daños tras un sufrir un megaterremoto de 8.8, según expertos
A pesar de la magnitud del sismo, el impacto del tsunami fue menor a lo esperado, con olas que no superaron los cuatro metros, gracias a factores geográficos y a la baja densidad poblacional de la zona afectada.
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Un potente sismo de magnitud 8,8 sacudió la zona este de Rusia en la mañana del martes, hora local, lo que generó una alerta inmediata en las poblaciones de los países que limitan con el Pacífico. Tras el movimiento telúrico, millones de ciudadanos rusos fueron evacuados, temiendo un desastre como el tsunami del océano Índico en 2004 o el de Japón en 2011. Sin embargo, el impacto fue mucho menor de lo previsto.
Varios expertos se pronunciaron sobre lo ocurrido en el país euroasiático y detallaron las razones por las que la zona afectada no sufrió daños de gran magnitud.
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Expertos explican por qué Rusia tiene graves consecuencias o daños tras el megaterremoto de 8,8 de magnitud. Foto: The Conversation
¿Por qué el tsunami provocado por el megaterremoto de Rusia no causó daños significativos?
El epicentro del sismo fue cerca de la península de Kamchatka, una región remota dentro del Cinturón de Fuego del Pacífico, donde se concentra el 80% de los terremotos del mundo. En este punto, la placa del Pacífico se hunde por debajo de la microplaca de Ojotsk, generando una zona de subducción activa. Esta interacción tectónica suele causar acumulación de energía durante siglos, que luego se libera bruscamente en forma de megaterremotos, como el de esta semana o el de magnitud 9,0 registrado en 1952 en la misma zona.
No obstante, a diferencia de otros eventos devastadores, el tsunami que sucedió hace poco no alcanzó proporciones catastróficas. Según las autoridades, las olas no superaron los cuatro metros en algunas áreas costeras del este ruso. Para entenderlo, hay que considerar varios factores.
¿Cuáles son los factores que ayudaron a que la zona este de Rusia no sufriera graves daños?
Primero, la geografía del fondo marino y el relieve costero influyen en cómo se comportan las olas al acercarse a tierra. Lisa McNeil, experta en tectónica de la Universidad de Southampton, señala que estos elementos pueden limitar la altura y el alcance del tsunami, lo que significó un alivio, ya que un poderoso tsunami puede desplazarse a más de 800 km/h, aproximadamente a una velocidad equivalente a la de un avión comercial. Además, la densidad poblacional en las zonas afectadas fue baja, lo que redujo los daños humanos y materiales.
Otro punto clave fue la profundidad del sismo. Aunque inicialmente se estimó en 20,7 km bajo tierra, algunos modelos podrían haber utilizado cifras más conservadoras. Según Stephen Hicks, sismólogo del University College de Londres, si el terremoto ocurrió a una profundidad mayor de la calculada, eso habría reducido el levantamiento del fondo marino y, en consecuencia, la fuerza del tsunami habría sido más letal y potente.
En resumen, la combinación de factores geológicos, geográficos y demográficos ayudó a que este megaterremoto no terminara en tragedia, pese a su enorme potencia.

























