El trágico caso de una mujer que creyó que le inyectaban vitamina C y terminó siendo una sustancia prohibida: "Acabó con mi rostro"
Luz Stella Alzate, una mujer colombiana, lleva más de 20 años lidiando con las consecuencias de una mala aplicación estética que alteró su vida y apariencia.
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El terrible caso de Luz Stella Alzate, una mujer colombiana que hace más de dos décadas, tiene que sufrir con el recuerdo de una mala aplicación estética que hasta la actualidad afecta su apariencia.
La mujer de 60 años relató que, cuando tenía 37, decidió someterse a un procedimiento estético con el objetivo de mejorar las marcas que el acné había dejado en su rostro. Sin embargo, lo que comenzó como una búsqueda por mejorar su apariencia terminó convirtiéndose en la peor decisión de su vida.
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¿Qué pasó con Luz Stella?
Luz fue víctima de una inyección de biopolímeros, sustancias prohibidas que arruinaron su vida. A pesar de que su uso está penado con prisión y multas, la falta de regulación y control permite que profesionales inescrupulosos continúen ofreciendo estos tratamientos.
Su historia forma parte de la de miles de personas que, en su afán por mejorar su apariencia, terminaron siendo víctimas de procedimientos engañosos. “Me acerqué a una clínica estética a que me aplicaran algo para los huequitos del acné y la señora supuestamente me aplicó vitamina C, en el momento no pasó nada”, relató.
Sin embargo, con el paso del tiempo, comenzó a notar las consecuencias de lo que inicialmente creyó un tratamiento beneficioso. Su rostro empezó a inflamarse, experimentó dolores intensos y, lo más alarmante, sufrió afectaciones en su visión. Finalmente, recibió un diagnóstico que la dejó consternada: tenía biopolímeros en el rostro.
¿Qué dijeron las autoridades del caso?
Cada año, un número significativo de personas en Colombia se enfrenta a obstáculos persistentes con sus Entidades Promotoras de Salud (EPS) para acceder a procedimientos quirúrgicos de remoción de biopolímeros. Según el cirujano plástico Giovanni Montealegre, especialista en este tipo de intervenciones, estas dificultades reflejan deficiencias estructurales en el sistema de salud, particularmente por la escasez de profesionales capacitados para atender dichas patologías. El médico subraya que existe una falta de conocimiento generalizado sobre cómo debe ser el proceso de atención y referencia de estos pacientes, lo cual complica su acceso a tratamientos adecuados.
Ante este panorama, la Corte Constitucional ha intervenido en casos de tutela presentados por mujeres que requerían la extracción de biopolímeros, reiterando los criterios que deben ser considerados por los jueces al evaluar estos casos. En sus decisiones, el tribunal ha señalado que para garantizar los derechos fundamentales de las pacientes, deben cumplirse tres condiciones básicas: en primer lugar, la cirugía no debe tener un fin meramente estético, sino que debe responder a una patología médica comprobable; en segundo lugar, se requiere una orden médica formal que respalde la necesidad de la intervención; y, finalmente, el procedimiento debe ser indispensable para preservar la vida en condiciones dignas.
























