La historia de un crimen que fue resuelto 40 años después gracias a un programa de televisión: cuerpo estaba dentro de un baúl
El macabro hallazgo de un esqueleto, descubierto en 1992, culminó gracias a la prueba de ADN de la hija de la víctima y a la exposición mediática de un programa de televisión.
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El caso de Joseph Mulvaney es uno de los tantos crímenes que permanecieron sin resolver y que estuvo olvidado por un largo tiempo en los despachos policiales. Sin embargo, tras cuarenta años de incertidumbre, el avance de la ciencia y el interés colectivo de los medios de comunicación lograron disipar el misterio que lo envolvía.
Mientras se buscaba la identidad de la víctima y la causa de su muerte, innumerables teorías y el dolor inconmensurable de la familia crecían con el paso del tiempo. Por ello, este caso se convirtió en un rompecabezas para los investigadores, quienes esperaban respuestas acertadas desde hacía varios años.
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Los restos que se encontraban en el baúl fueron hallados en 1992. Foto: X
Un misterioso hallazgo que movilizó a la policía local
La historia comienza en Thermopolis, Wyoming, una localidad estadounidense que, hasta entonces, no había experimentado muchos sobresaltos. Sin embargo, en 1986, un macabro hallazgo cambió por completo el destino de una familia que buscaba incesantemente respuestas sobre lo que había ocurrido.
Newell Sessions aceptó guardar un baúl militar que le confió un vecino llamado John David Morris. Después del pedido, el propio Morris abandonó la ciudad sin levantar sospechas, pero, los años pasaron y baúl seguía sin abrirse, lo que inevitablemente acumuló bastante polvo.
La búsqueda de la verdad durante cuarenta años
En una noche de Halloween de 1992, la curiosidad y la incomodidad de Sessions lo hizo decidir abrir el baúl con un soplete para romper el candado oxidado. Lo que descubrió le quitó la respiración y superó cualquier tipo de suposición: se trataba de un esqueleto humano envuelto en un trozo de plástico acompañado por un cinturón y una bolsa de supermercado deteriorada. En ese momento, la esposa de Sessions lo incentivó a llamar la policía, según informó la cadena de televisión Fox 2.
El sheriff del condado de Hot Springs, John Lumley, llegó al lugar de inmediato para investigar lo sucedido. Al llegar, quedó profundamente sorprendido al hallar restos óseos con evidentes signos de violencia, incluido un agujero en el cráneo causado por un disparo. El oficial confiscó el baúl y lo trasladó al laboratorio forense de Wyoming para continuar con la investigación.
El programa televisivo que ayudó a resolver el misterio
Cuando todo parecía indicar que el caso iba a continuar en el olvido, la serie ‘Misterios sin resolver’, transmitida por la cadena NBC, narró con detalles lo que realmente sucedió. Aquel episodio se volvió mediático y puso el foco en quien entregó el baúl, John David Morris, mejor conocido como ‘Gabby’, ya que todo se tornó en un gran misterio.
La reactivación de la investigación reveló detalles inéditos, como recuerdos clave que ayudaron a reconstruir los hechos y decenas de llamadas, entre las cuales emergió la figura de Shelley Statler. Esta joven, interesada en obtener información sobre su familia, comentó que su padre le había confesado que su abuelo había desaparecido misteriosamente en circunstancias confusas en 1963. Este dato fortaleció la hipótesis de que el esqueleto encontrado pertenecía a Joseph Mulvaney.
A partir de ahí, Shelley comenzó a reunir los documentos necesarios para esclarecer la verdad y se contactó con las autoridades de Wyoming. No obstante, una luz en el túnel apareció cuando compararon el ADN de su madre, Kathy Mulvaney, con el de los huesos hallados en el baúl.
Finalmente, después de varias décadas de misterio, en 2017 se confirmó que la coincidencia genética era del 99 % y que los restos le pertenecían a Joseph Mulvaney. Al conocer toda la historia y al identificar a la víctima, la familia pudo rendirle un homenaje con una ceremonia militar, el rango que ocupaba Joseph antes de fallecer.

























